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Retiro de vehículos abandonados

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A fines de febrero, "La Estrella de Arica" daba a conocer que en la ciudad hay cerca de cinco mil vehículos abandonados en la vía pública. Producto de esta realidad, el municipio estaba estudiando el inicio de una campaña, cuyo objetivo era el retiro de estas máquinas a partir de una notificación para sus dueños. De lo contrario, sería una grúa la que los sacaría de la vía pública.

Finalmente esta semana la iniciativa se puso en marcha. Tanto la Municipalidad de Arica junto con Carabineros decidieron despejar espacios públicos de vehículos abandonados. Se debe tener en cuenta que sólo en los primeros meses de 2015, el gobierno comunal había notificado más de 200 infracciones por estos casos y que había autos que acumulaban hasta 700 mil pesos en multas no canceladas.

Estos antecedentes fueron la antesala del procedimiento de retiro de los primeros autos, luego de que tanto el municipio como Carabineros lanzaran oficialmente la campaña en las afueras de la Subcomisaría Chinchorro de Carabineros, con la presencia del general Alberto Etcheberry, el concejal Patricio Gatica, el delegado municipal Jorge Díaz y dirigentes vecinales.

Según informó el municipio, se procederá primero notificando a los dueños con dos partes de cortesía para el retiro del vehículo, y si ello no ocurre, las máquinas serán llevadas al corralón municipal. Mientras que los vehículos que estén sin su placa patente para poder notificar, serán retirados automáticamente.

Se debe recordar que las calles son bienes nacionales de uso público, y siendo así, también es fundamental que se mantengan en condiciones que aporte y generen seguridad pública. La presencia de automóviles u otro tipo de vehículos abandonados, como se ha visto, puede ser utilizada para esconder delincuentes y hasta especies robadas.

Los vehículos dejados en calles y hasta sobre las aceras también generan problemas viales e inseguridad en el tránsito. Por eso es importante que en el uso de sus facultades, las autoridades puedan dar pasos como estos.

universiDAD Y SOCIEDAD

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La universidad ha sido uno de los elementos centrales en nuestra civilización. Motor de innovación científica y tecnológica, impulsora de revoluciones del pensamiento, cuna de grandes pensadores que han forjado el horizonte del mundo que vivimos hoy. Heredera de doble tradición: La escolástica, que buscaba la creación y difusión del conocimiento y develar los más profundos misterios del universo y, de las corporaciones medievales en que se transmitía el conocimiento del cómo hacer.

Hoy que se discute el rol de la universidad, se continúa con el pensamiento de que la universidad debe ser el instrumento para paliar las desigualdades sociales y la pobreza.

Este pensamiento, altruista a primera vista, está sin embargo lleno de la misma marca de mercantilismo y reduccionismo económico que parece tratar de combatir.

En efecto, creer que los problemas de la sociedad se van a resolver si la universidad es capaz de convertir a toda la población en profesionales con gran poder adquisitivo es creer que la felicidad es igual a la sumatoria de las riquezas, y que el objetivo del ser humano es tener una buena casa con un par de automóviles el estacionamiento.

La universidad debe estar abierta a la comunidad para permitir tener una población culta, con pensamiento profundo, de gran capacidad crítica.

De nada nos sirve una miríada de profesionales ricos en conocimientos técnicos pero que no sean capaces de entender la sociedad que los rodea, al ser humano en su conjunto y capaces de participar creativamente en las grandes discusiones de nuestra sociedad.

Los temas de equidad y justicia deben ser abordados por quienes no han sido capaces de dar una vida digna al conjunto de la población, dignificando el trabajo en cualquiera de sus niveles.