Pese a que las afirmaciones están respaldadas por científicos de Harvard y de la UTA, cuesta creer lo que se señala en la nota de la edición de ayer: Que el Cambio Climático Global esta afectando las momias depositadas en los museos locales, donde debe existir el control ambiental más básico. Y además, que lo más grave estaría sucediendo afuera de los depósitos de museo, en los diferentes sitios arqueológicos expuestos en la Costa de Arica, por un supuesto aumento de humedad (aun no corroborado con estudios específicos) que hace que determinados microorganismos se desarrollen rápidamente. Sin embargo, estos microorganismos nunca serían más graves que el permanente deterioro de yacimientos arqueológicos afectados por la falta de procedimientos preventivos, de programas extensos de educación patrimonial y por la falta de planes de gestión y programas de conservación eficientes.

Aún así, es excelente determinar cada uno de los agentes de deterioro de los diferentes restos humanos momificados, con la finalidad de mejorar sus condiciones de conservación. Y que este conocimiento se aplique a los nuevos depósitos y laboratorios del futuro "Gran Museo Arqueológico" de 26.000 millones de pesos. Pero sigue la duda si este monumental nuevo museo es la alternativa adecuada para proteger el amplio patrimonio arqueológico regional que esta siendo permanentemente afectado por las acciones e inacciones humanas, y ahora además, por bacterias.

Álvaro Luis Romero Guevara, Arquéologo