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Él conoce de cerca cómo la gente bota su basura

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Julio Yanulaque Ríos, llegó a trabajar a la Dirección de Aseo y Ornato de la Municipalidad de Arica, cuando tenía 21 años, ahora ya cumplió 65 y está a tres años de jubilar. Recordó que llegó el uno de enero de 1985.

"Llegué, porque mi hermano trabajaba en la Junta de Adelanto; en ese tiempo, ellos pasaron a la Municipalidad, aún no lo contrataban y él hizo las gestiones para que ingresara. Yo no quería, pero me dijo : Tienes que quedarte acá, no quisiste estudiar, ahora tienes que trabajar".

Reconoció que como vivía en el valle de Azapa, no le gustaba la ciudad, pero se tuvo que venir. Contó que cumplió varias funciones, se desempeñó como: policía de aseo, como vigilante del gimnasio Fortín Sotomayor y del Estadio Carlos Dittborn; además trabajó en la playa y hace 30 años que es chofer de los camiones de recolección de basura.

Dijo que le gusta su trabajo y que cuida mucho su máquina, la cual bautizó como Alfa 8.

"Cuando empecé, me colocaba lentes y me tapaba la cara para que nadie me reconociera. Confieso que cuando recién entré me daba vergüenza, después me di cuenta que ser recolector de basura, es un trabajo igual que otros. Ahora estoy orgulloso de mi labor."

es muy complicado

"Cuando comencé a conducir y como no conocía el centro, fue complicado. Recuerdo que había una camioneta que estaba estacionada y no podía pasar, avancé y pasé a llevar un letrero, le pegue y se cayeron todas las letras. Cuando el dueño salió, le dije que no era mi culpa, porque tenía estacionada su camioneta en un lugar donde estaba prohibido, solo me miró y empezó a recoger una por una las letras, fue muy chistoso".

También recuerda con mucho orgullo su época que trabajó como policía de aseo, cuando iba atrás del camión recogiendo las bolsas de basura. Dijo que para realizar esa labor, lo primordial es tener un buen estado físico, ya que corren varias cuadras y suben y bajan del camión.

Comentó que es el más antiguo de los choferes y que trabaja solo con jóvenes, pero reconoce que no son como antes.

"Me bajo del camión y les enseñó como se tiene que trabajar, pero se cansan rápido", acotó.

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-La ciudadanía no aprende; todo el problema empezó en el tiempo que instalaron los contenedores azul con amarillo. La gente se puso cochina y no quiere tener basura en su casa, llega y la saca a cualquier horario.

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-No, por ejemplo, empiezo a trabajar a las 5 de la mañana y comienzo a sacar la basura de todas las avenidas; paso cuatro veces y las cuatro veces encuentro basura.

- No es extraño, pero me acuerdo que un doctor que vive en Azapa, botó 15 bolsas de pasto, le dije que el camión es recolector de basura domiciliaria y me fui. Después me acusó a mi jefe, diciéndole que no quise botar su basura. Me molesté porque es un profesional que debe entender nuestra labor y además tiene los medios para que otra persona le retire los sacos.

-Volvimos al sistema de tocar la campana; hay gente que la escucha y saca en ese momento la basura, son pocas, pero las hay. Este sistema nos ha perjudicado a nosotros. Tengo problemas en el tímpano y no estoy escuchando bien.

Julio Yanulaque Ríos dice que ya se está quedando solo en la Dirección de Aseo y Ornato, porque la mayoría de sus compañeros ya se jubilaron; incluso, hay varios que él les enseñó los secretos de su trabajo y ahora se convirtieron en capataces. J