Somos la región con más jefas de hogar en Chile
Los datos recogidos por la Ficha de Protección Social al 31 de octubre de 2014 muestran que Arica y Parinacota es la región con mayor porcentaje de mujeres como jefas de hogar con un total de 56,07%, siguiendo Tarapacá con un total de 54,32% y la región Metropolitana con un 53,57%.
Entre todas estas mujeres que están sacando adelante sus hogares, hay mujeres jóvenes, adultas, ancianas, afrodescendientes, aymaras, obreras, técnicas y profesionales.
Salir adelante
Berta Paillalef es un ejemplo de jefa de hogar que sale adelante a pesar de las dificultades que la vida pone en el camino.
Mapuche neta oriunda de Carahue y nieta de cacique, hace 40 años llegó a la ciudad de Arica y se quedó por amor.
"En el año '70 conocí a mi esposo, empezamos a pololear, me casé, tuve cuatro hijos y duramos 20 años casados. Él falleció de cáncer a los huesos", comentó.
Su marido estuvo cinco años con esa "maldita" enfermedad como le dice ella, la cual hizo que la familia se sumergiera en las deudas.
"Se gastó hasta lo que no teníamos hasta que Dios se lo llevó. La menor de mis hijos tenía 10 años y era su regalona, a ella le dio principio de epilepsia antes de que falleciera su papá porque ya no era el mismo: ya no la podía sacar al parque y tampoco la podía llevar a su trabajo en la Maestranza de Ferrocarril", explicó.
Con un tratamiento su hija mejoró, pero sí bajó su rendimiento escolar de promedio 6,7 a 4.0, pero ahora es asistente social.
"Salí adelante con mis hijos, los críe y considero que son buenos hijos, también buenos padres y buenos maridos. Sigo mandando el buque", dijo Berta, mientras salía de su trabajo.
El periodo de enfermedad del esposo fue muy difícil para la familia, porque a pesar de que recibía su sueldo, ante las deudas el hijo mayor de Berta tuvo que dejar de estudiar para trabajar y dar un apoyo económico.
"Tenía que estar de pelea en pelea en el Hospital para que me dieran morfina para mi esposo, tuve que aprender a poner inyecciones, algo que jamás había hecho. Después pasó lo que pasó y vinieron las deudas, deuda de casa, de hospitalización, en el almacén, en la clínica, pero gracias a Dios salí adelante. Me dediqué a mi marido, a mis hijos, al colegio, las tareas; trabajé para tenerlos derechitos y no se me doblaran y gracias a ello son buenas personas".
Berta nunca se volvió a casar, sólo tuvo una relación de años, pero fracasó. A sus 62 años tiene una pensión de viudez, pero trabaja para salir de su casa y sentirse útil.
"Me estaba matando la depresión, no quería nada, no salía, no quería hacer manualidad y sé hacer un montón y me encantan, pero ni para eso tenía ganas. Mis hijas me invitan a salir, pero lo hago a la fuerza. Tengo dos grandes amigas, pero una está operada de la cadera y la otra está enferma de su rodilla, así que no puedo salir a bailar con ellas", comentó entre risas.
Berta irradia alegría y tranquilidad que hace difícil imaginar por todo lo que pasó, pero salió adelante gracias a todo lo que le enseñó su mamá.
"A los ocho años hice mi primer almuerzo; me acuerdo que fue arroz graneado con manzana verde; yo veía a mi mamá hacer el arroz con papas, pero le di mi toque de niña. De ahí aprendí más cosas, A veces no tenía qué comer, pero uno aprende a hacer almuerzo de por aquí y por allá, al menos a mí me enseñaron a ser así, a sobrevivir, y gracias a lo que me enseñó mi madre, me sirvió mucho", manifestó.
Polifuncionales
Las jefas de hogar pueden tener diferencias sociales, étnicas, económicas o religiosas, pero tienen algo en común, todas son polifuncionales, ya que deben desempeñar varias tareas al mismo tiempo.
Jovania Lizana es un ejemplo de que la mujer es organizada y puede ser capaz de todo; ella es madre, trabajadora, estudiante, docente, dirigente social y por supuesto, jefa de hogar.
"El tema de jefatura de hogar es bastante sensible; si bien mujeres que tienen menores ingresos tienden a ser polifuncionales, las que tienen posibilidades de tener cargos entre comillas mejores les pasa exactamente lo mismo", explicó desde su experiencia como trabajadora social dedicada a temas de mujer.
Jovania tiene una hija de 15 años y tiene a su madre que depende económicamente de ella; trabaja en Corfal, hace clases en Inacap y participa activamente en diferentes organizaciones de mujeres; "son roles domésticos, laborales y sociales, los cuales tienen un costo mayor para las mujeres que para los hombres porque ellos se pueden centrar en su rol de proveedor o público, mientras que nosotras antes de salir a lo público debemos organizar lo doméstico: las labores con la hija, las dinámicas familiares, los quehaceres de la casa, y ahí recién salir a la calle, que no es el caso del hombre. Además cuando se es jefa de hogar, el sueldo es por uno, mientras que cuando se está en pareja son dos. Por ello nos quedamos con un empleador no por gusto, sino porque hay más gente que depende de uno y estamos sometidas a más estrés y a soportar maltrato laboral, donde somos más vulnerables", comentó.
Para hacer posible todas estas funciones lo primordial es la planificación.
A criterio de Jovania es primordial la creación del Ministerio de la Mujer para disminuir las brechas de género que aún se mantienen en la ciudad y el país.
"Se mantienen las diferencias de sueldo entre un hombre y una mujer, incluso en temas de educación. Las mujeres salimos de la universidad, pero entrar a hacer un magíster es muy difícil. En mi caso siendo jefa de hogar y con una hija de 15 años, debo invertir más en mi familia y en mí a diferencia que una mujer que tiene pareja y que puede continuar estudios. Esto significa disminuir el dinero de mi familia; la región debería invertir en ello o incentivarlo". J