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Hernán "Palito" Hurtado y una vida ligada a Arica

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Hernán Hurtado García, es un hombre fascinante que a sus 86 años de vida tiene intacta la memoria, en un estado envidiable que muy pocos pueden ostentar a dicha edad.

El coronado "Hijo Ilustre de Arica" nos recibe en el patio de su casa, a la sombra y al aire libre, perfecto para los días de calor. Antes de charlar, se dirige a un refrigerador instalado en el lugar. "¿Se toma algo, jugo, bebida?" me pregunta. Acepto la bebida. La Coca Cola helada también será su brebaje, aunque acompañado de un cuarto de vaso de vino, la mezcla perfecta para un "jote" que nos saca la lengua. "Estoy trabajando" le digo entre risas.

Nos acomodamos; sentado a un costado uno de sus amigos de toda la vida, quien escucha atentamente los recuerdos de don Hernán y complementa aquellos donde los recuerdos fallaron por un instante.

Han sido más de 60 años viviendo en Arica para el nacido en Osorno. Llegó a este rincón del país trasladado por su profesión, bacteriólogo. Por aquellos años, 1955 para ser exacto, recién comenzaba a operar el Servicio de Salud y Hernán llegaba al norte como un verdadero erudito en la materia.

"Justo se creó el Servicio Nacional de Salud en esa época y me trajeron aquí. El año 49' llegué a Santiago y cuando se creó el SSA me trajeron a Arica, en esos aviones bimotor. No había volado nunca, 5 horas y media de Santiago a Arica. Llegué al aeropuerto El Buitre. Me bajo y veo puros arenales, me pregunté ¿A dónde cresta me vine a meter?" En esos años, la ciudad contaba con poco más de 16 mil habitantes, un verdadero pueblo desconocido para el sur, como nos cuenta el hijo ilustre. Y claro, acostumbrado a montañas, valles y lagos, la impresión al llegar a esta zona fue tremenda, aunque la maracuyá lo convenció a nunca dejar el sector.

"Aquí no tenían idea qué era la bacteriología, las pruebas de sensibilidad de antibióticos. Aquí disparaban de 'chincol a jote', producían anemias plásticas y no le apuntaban nunca al bicho, siempre sacaban resistencia. Todas las salas del hospital estaban plagadas de infecciones postoperatorias. En dos semanas, todos para afuera, una semana de tratamiento y afuera nomás.

Había dos doctores muy antiguos aquí, el Fuster y el Garibaldi que para operar la vesícula cortaban de la garganta al ombligo, parecía autopsia, y lo cocían a uno como sacos. Eso era la medicina aquí, por eso llegué como una eminencia poco más".

Sería en esos años cuando el apodo de "Palito" aparecería. En un curso de inspectores latinoamericanos conoció a una pareja dominicana. En esos tiempos, en la década del 50' y antes de llegar a Arica, el merengue no había tocado Chile.

"Ellos llegaban con un merengue que decía, palo palo palo, palo palito palo he y quedó como himno de la escuela. Cuando llegué a Arica y luego de una actividad, nos pusimos a conversar, tomé mi guitarra y me puse a cantar palo palito. De ahí me pusieron el 'Palito' Hurtado", nos cuenta el hombre que entre risa y risa sigue bebiendo su jote.

EL CLUB DE HUASOS

Entre anécdotas llegamos al tema del Club de Huasos, el centro cultural que nació con don Hernán como parte de la directiva. Con un Arica floreciendo a pasos agigantados por el Puerto Libre y con una población estable de más de 180 mil, el hambre de tradiciones comenzó a crecer. Los nuevos ariqueños eran en su mayoría gente del sur, de ahí la pasión por la cueca y la intención de hacerla crecer en una zona de mucha tradición andina.

"El Club de Huasos tomó el campeonato nacional en 1971, ya con selección provincial, con competiciones y cuestiones. Para la historia se agrega el campeonato que realizó la Raquel Pino, mucho tiempo antes", relata.

Para el primer presidente del organismo, el trabajo realizado en la ciudad ayudó para que la cueca no se extinguiera a nivel nacional. Según relata Hernán, hubo años que hasta en el sur el baile fue dejado de lado por la guaracha, la cumbia y el foxtrot. "Con la gran influencia andina que había en la zona, era una locura pensar en meter la cueca aquí. La gente venía a ganar plata por el puerto libre, no se preocupaban de otras cuestiones. Resulta que ya ni para fiestas patrias se bailaba cueca en el sur. Fue ahí que Arica le dio un remezón a Chile con el Club de Huasos. Además, de aquí nació el decreto de ley que instauró la cueca como baile nacional", detalla.

- "Se bailaban en casa de putas, amigo, con piano, batería y guitarra. A las minas daba gusto verlas bailar, por allá en el 45', de ahí sale la cueca chora, brava. El de los porteños es otro estilo, al igual que el de los campesinos".

Seguimos la charla y pasamos a la política. Nunca ligado a ella, sí Hernán se identifica como radical joven durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, "porque todo el mundo era radical", comenta. También sería exonerado político y no tiene temor en decir que "si hubiese querido hubiera salido alcalde o regidor", algo que nunca le interesó, aunque su basta trayectoria lo hace conocido por gran parte de la ciudad y de todo el país.

- Le hablé del censo en Arica del 55' con 16 mil personas. En 10 años aumentó a 180 mil, su mayoría, del sur. Antes, a las salitreras venían los huasos a trabajar y se quedaban acá. Llegó una época donde el 80 por ciento de Arica era del sur, en una mesa de 15 o 20 personas, no había ningún ariqueño.

BUENO PA'L VERSO

Hace rato que no baila, no se da la oportunidad nos dice. Eso sí, jamás deja de lado la guitarra en reunión familiar o de amistades, oportunidad que brinda por Arica y por Chile por medio de los versos. Y claro, la charla se hace precisa para escuchar la estrofa con la que comienza cada espectáculo.

"Soy Hernán 'Palito' Hurtado, osornino de nacimiento. Como ariqueño por adopción, su hijo ilustre me han nombrado. Extremo norte de Chile con fronteras conflictivas, hay un pueblo acogedor con su eterna primavera. Agradecido y orgulloso expreso al decir, siempre Arica hasta morir", luego de esta presentación, comienza su notable semblanza.

Hernán Hurtado García nacido un 1 de diciembre de 1928, hijo ilustre nombrado en 2012, ex secretario de la Liga Deportiva de Empleados por 10 años y por otros 20, presidente del Club de Huasos (1968 - 1988). Un osornino que hace rato se ganó el título de ariqueño. J