Pesca industrial v/s daño ambiental: costos y beneficios
Chile es un país notable en términos de su producción pesquera. No en vano durante los últimos 30-50 años, nuestro país ha encabezado los listados emitidos por la FAO en cuanto a la pesca y producción de harina con cifras que son realmente impresionantes en cuanto a las toneladas métricas capturadas. Esta condición notable en términos pesqueros, se debe a que nuestro país está localizado en un área del Pacífico sudeste extremadamente rica en cuanto a la producción primaria y secundaria lo que facilita la existencia de altas abundancias de especies pelágicas de interés comercial como la sardina, anchoveta y jurel, por nombrar a algunos. Pero está identidad pesquera que nuestro país promueve con orgullo a nivel internacional, ha sido lograda a través de la explotación indiscriminada y poco inteligente de nuestros recursos marinos con un alto costo medioambiental que está siendo percibido actualmente. La explotación pesquera ha sido promovida por los diferentes gobiernos de turno para favorecer a un poderoso grupo económico que durante años a defendido sus granjerías en torno a recursos que pertenecen a todos los chilenos. Aduciendo a la generación de muchos empleos (aspecto completamente cuestionable en la actualidad), las empresas pesqueras han exigido altas cuotas de extracción mermando a tal nivel las poblaciones de peces pelágicos que hoy en día muchas de sus exitosas plantas de proceso han debido cerrar por la escasez del recurso. Esa es la incuestionable realidad actual. Como amante del mar no puedo dejar de evocar los espléndidos bancos de caballas, jureles y sardinas que hace sólo 30 años podían ser observados por todos los amantes de la pesca en el molo peruano de nuestro querido puerto de Arica. Como buzo nativo de Arica tampoco puedo dejar de mencionar la completa escasez de peces litorales otrora abundantes en nuestras costas. La razón de toda esta debacle en las poblaciones marinas a nivel pesquero y litoral es una sola: sobreexplotación pesquera provocada por la pesca industrial indiscriminada. En la gran poza marina, todo está delicadamente conectado. Por decir algo en palabras bien sencillas, nuestras poblaciones de peces litorales dependen tanto a nivel larval como adulto de las abundancias de peces pelágicos (sardina, caballa, jurel, anchoveta). Al estas haber disminuido ostensiblemente, han provocado la debacle de sus pares litorales. Una explicación simple para un problema complejo que tiene ribetes de interés económico y social de peso. Sopese Ud. mismo que país quiere heredar a sus hijos. Uno en el que el mar sea una gran poza vacía llena de barcos industriales desesperados por obtener pesca o uno en donde nuestro mar sea rico y los pescadores artesanales vendan sus productos en una cadena de comercialización que va a generar muchos más empleos que la pesca industrial. Pesca Industrial vs daño ambiental: costo y beneficios….
Patricio Hernáez Bové
Dr. en ciencias marinas