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Hacer nuestro inventario

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Diciembre, mes de cierre de un ciclo temporal, etapa de recuento, de inventarios, de sacar conclusiones sobre lo bueno y lo malo; lo provechoso y lo inútil; lo alegre y lo triste; lo logrado y lo perdido. Los astrólogos consideran que al final del año debemos cerrar definitivamente la etapa de los 12 meses, e ingresar a la nueva sin dejar nada pendiente, y con la decisión de iniciar y mantener la determinación de ser más eficientes obtener más logros y cometer menos errores. En resumen, de hacerlo mejor que en esta que ya estamos culminando.

Para ello, ayudaría mucho reflexionar sobre cómo estuvo nuestro caminar por el 2014. ¿Fue mejor que el 2013? ¿Cuánto hicimos de lo que nos propusimos? ¿Cuántos nuevos amigos tenemos? ¿Cuántas sonrisas y miradas de afecto logramos atesorar? ¿Con cuánta energía positiva nos hemos recargado? ¿Cuánto más amor recibimos?

También, tendríamos que reflexionar acerca de lo negativo que puede dejar nuestro paso por este ya agonizante año: ¿Cuántos heridos estamos dejando en el camino? ¿Cuántas miradas recelosas, gestos de desprecio o de rechazo quedan a nuestras espaldas? ¿Cuántas manos extendidas inútilmente, cuántos clamores perdidos que no lograron entrar en nuestra conciencia?

Dichoso el ser humano que es capaz de sentirse totalmente satisfecho en el recuento de lo realizado y lo obtenido. Dichoso el sembrador que fue capaz de desechar la semilla mala y solo sembró las buenas, para cosechar hermosos frutos, vitales para el alimento del cuerpo y del espíritu.

Dichoso el ser humano que es capaz de realizar un inventario totalmente objetivo y verdadero acerca de su trabajo durante el año. Aquel que honesta y sinceramente reconoce sus fallas, sus déficits, y que de la misma manera tiene la visión clara de lo que debe, irreductiblemente, transformar en saldo positivo para el próximo ciclo anual.

Les invito a confeccionar nuestro propio inventario de lo que ha sido para nosotros este 2014 que ya nos abandona.

Las proyecciones económicas 2015

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Los próximos meses se transformarán en un importante reto para el país en términos económicos. Esto, especialmente después de que el Banco Central en su reciente Informe de Política Monetaria rebajara la proyección de crecimiento para este año a un 1,7%. La cifra representa la detención de una baja progresiva en las expectativas, que se iniciaron en un 4,2% hace casi un año. Los resultados apuntan también a un anticipado impacto en el crecimiento para el venidero 2015, en el que las proyecciones lo sitúan entre el 2,5% y 3,5%.

Los analistas hablan de que este año se transformó en uno emblemático en términos de bajo crecimiento, ubicándose en el tercero más débil en los últimos 30 años, superados por dos episodios económicos mundiales que afectaron de manera importante la economía nacional: 1999, con los efectos de la Crisis Asiática; y en 2009, con los efectos de la crisis Subprime.

Los síntomas y efectos que vienen de la mano de este escenario ya han comenzado a hacerse perceptibles en la sociedad nacional, por supuesto, en términos de la economía. Hay indicadores que enfatizan la necesidad de atención al respecto, como la caída en las inversiones en un -6,2%, lejos del 4% proyectado hace un tiempo.

Otro ingrediente que es capitular para la economía chilena es el precio del cobre. El principal sustento económico del país tendría que enfrentar precios por debajo de los US$3 la libra hasta 2016. En octubre la Comisión Chilena del Cobre había reiterado su proyección para este año en US$3,12 la libra. Se estima que por cada centavo que baja el precio del cobre, el Estado chileno deja de percibir unos US$50 millones ya sea por la tributación de la minería privada o los excedentes de Codelco.

La caída en la confianza empresarial y luego, en la de los consumidores, según un estudio de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile, también son factores que se suman al actual panorama.

Hechos y cifras que dan cuenta del desafío que enfrentará nuestro país en términos económicos a partir de 2015.