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El Viejito Pascuero que nunca recibió un regalo

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L a historia de Daniel Leal (62), el Viejito Pascuero de 21 de Mayo, es digna de un relato de los grandes personajes de Navidad.

El hombre oriundo de Paillaco, en el sur de Chile, llegó hace 46 años a Arica y hace 15 que se dedica a disfrazarse de Viejito Pascuero con el único objetivo de hacer felices a los niños y entregarles un saludo.

Su infancia fue difícil, ya que debido a las condiciones económicas que tenía su familia, nunca recibió un regalo.

Veía a sus demás amigos con ropa nueva y juguetes, pero para él, ese día era como cualquier otro. Llegó a pensar que el Viejito Pascuero no existía o que se había olvidado de él, hasta que comprendió la situación y no le quedó otra que resignarse.

"El sueño mío era que me regalaran un camioncito de madera. En esa época no había tecnología. Era feliz con un zuncho que lo arrastraba por todos lados", cuenta Daniel.

Esa razón fue la que un día lo llevó a disfrazarse de Viejito Pascuero porque pensó en los niños que podían estar pasando lo mismo que él cuando pequeño y que con su disfraz podían tener al menos la alegría de ver y saludar al Viejito; oportunidad que él nunca tuvo.

Por eso y desde hace 15 años que Daniel Leal, ex tripulante pesquero, decidió vestirse al igual que el hombre del Polo Norte, con ayuda y por sus propios medios se mandó a hacer el traje y luego vino el trineo con los renos que decoró con cajas de regalos y donde lleva una bolsa de dulces que reparte a los niños que con entusiasmo se acercan a saludarlo cada vez que lo ven pasar por 21 de Mayo.

Toda su producción como Viejito Pascuero es realizada con esfuerzo y sacrificio, pues debe soportar las altas temperaturas que conlleva vestirse a diario de este personaje y también sacar dinero de su bolsillo para comprar los dulces que entrega a los pequeños, pero aún así se las ingenia para salir y pasearse con su trineo con una sonrisa y tocando la campana que anuncia su llegada. Además, su paso es acompañado por villancicos que salen desde los parlantes que tiene en su trineo.

Le gusta pasar por 21 de Mayo, porque considera que esta es una de las pocas vías que se encuentra en buen estado y puede deslizarse con facilidad. Sale desde principios de diciembre todos los días a saludar a los niños que se le acercan. Cuenta con orgullo que hoy realizará una entrega de regalos, a las 21 horas, en 21 de Mayo y que todo lo que él gasta como Viejito Pascuero es fruto de su esfuerzo.

"No tengo ningún apoyo de empresas ni del municipio ni del gobierno, nada. Todo surge de mi propia voluntad. Trabajo como auxiliar en un colegio, pero me considero una persona pobre, que con esfuerzo ha salido adelante de apoco. Para mí lo más importante es que los niños puedan tener una linda Navidad y seguir manteniendo la ilusión del Viejito. Por eso y, aunque me cueste, voy a seguir realizando esta labor además me dicen que me parezco al Viejito", cuenta riendo al lado de cinco niños que esperan saludarlo.

Recuerda que llegó a Arica hace 46 años a hacer el Servicio Militar, obligación que al final no cumplió y que decidió quedarse en Arica para siempre. Hoy tiene 4 hijos, es casado y su familia lo apoya 100% en esto de ser Viejito Pascuero.

"Soy del sur y lo encuentro muy bello, pero Arica ha sido mi destino. Me quedé para siempre acá y no pienso irme. He visto crecer Arica, pero encuentro que todavía falta mucho".

Asegura que cuando la gente se saca fotos con él, lo único que les pide es una cooperación voluntaria para comprar los dulces que entrega a diario a los niños y que, de vez en cuando, lo contratan para entregar regalos en establecimientos educacionales y empresas.

Daniel comenta que lo bueno de toda la labor que realiza es la satisfacción emocional y espiritual que la sonrisa de los niños le produce.

"Mis hijos ya están grandes y por el trabajo que tuve como tripulante pesquero no me permitió disfrutar de la infancia de mis niños, porque pasaba navegando. Ahí se me fueron casi todos los años trabajando en el mar. Esa es otra de las razones que me llevaron a vestirme de Viejito Pascuero, porque puedo ver a los niños sonreír y eso es lo que me llena y me hace feliz. Me gusta la Navidad, pero encuentro que la gente también debe acordarse del verdadero sentido que tiene esta fecha y que lo más importante son los niños y compartir en familia", destaca.

Dice que le ha pasado que muchos adultos también se emocionan al verlo pasar en su trineo y le sacan fotos y se acercan a tocarlo especialmente la frondosa barba que sale de su sombrero.

También aprovecha de pedirle algo al Viejito Pascuero y su deseo navideño es que la ciudad sea más pujante y que los niños tengan más espacios para salir a jugar y recrearse con su familia.

"En Arica faltan muchos espacios de entretención para los niños. Ahora lo que ocurre es que se quedan en sus casas con el tablet o el play y no salen a jugar. Creo que hay que trabajar en eso, las autoridades tienen que invertir también en el bienestar de los niños. Ellos son el futuro de nuestra sociedad", enfatiza.

Su mensaje para estas fiestas es que todos los ariqueños puedan pasar una feliz Navidad en familia .

"No importa que no haya dinero y se comparta algo humilde. Creo que lo importante es que los hijos puedan conversar con sus padres de sus sueños y proyectos y que los padres puedan incentivarlos a salir adelante y ser alguien en la vida", concluye el Viejito Pascuero de 21 de Mayo. J