No a los fuegos artificiales

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l Otra precaución indispensable es no adquirir fuegos artificiales por el riesgo de quemaduras, tanto para quien manipula, como para los que están cerca de éstos.

Efectivamente, muchos de los niños que cada año resultan lesionados por causa de estos elementos pirotécnicos no estaban manipulándolos directamente, sino que resultaron alcanzados por fuegos que eran utilizados por adultos.

Esto incluye desde los petardos a las aparentemente inocuas estrellitas, que aunque no lo parezca, arden a altas temperaturas.

Mucho cuidado con las parrillas

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l En el caso de celebrar las fiestas de fin de año con asado a la parrilla, lo que ocurre frecuentemente con el Año Nuevo, se debe alejar a los niños de esta fuente de calor por el peligro de sufrir quemaduras. Hay que recordar que se trata de una oportunidad festiva en la que los menores aprovechan la oportunidad de quedarse despiertos hasta tarde para jugar, sin tener conciencia del peligro, por lo que pueden pasar a llevar la parrilla, quemándose con el metal caliente o, peor aún, pueden volcar las brasas encendidas.