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Cuatro siglos de historia en peligro de desaparecer

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Dice la historia, entre los viejos olivicultores, que un ciudadano italiano llegó a Arica siglos atrás, plantando siete olivos en un sector de Las Chimbas, en los alrededores del actual Regimiento Rancagua. De esos, cinco fueron robados, logrando mantener dos arbolitos, los que habrían dado origen a lo que es el actual valle de Azapa.

Sin embargo, esos cuatro siglos de sacrificios e historia, hoy se ven hipotecados ante la posible desaparición de los olivos y de la aceituna, debido al giro que dio el valle, fomentando la producción de productos con mayor rentabilidad.

Si ayer el valle fue conocido por sus aceitunas, hoy son los tomates y otras hortalizas, las que están dando una nueva cara al agro local.

Basta recorrer el valle hasta casi el kilómetro 10, y se observarán decenas de invernaderos para hortalizas, como también terrenos que están siendo vendidos para construir casas, pese a que el valle -según el Plan Regulador- es para uso agrícola.

Las semilleras también han hecho que decenas de hectáreas hayan sido reconvertidas, transformando una gran cantidad de olivos centenarios en leña.

Además, a los nuevos productos agrícolas, a la especulación de terrenos y a las semilleras, se agrega el factor principal: la aceituna tacneña.

Si en los mejores tiempos del valle de Azapa, los agricultores producían 35 mil toneladas anuales, hoy la cifra es de 8 mil toneladas de aceitunas.

Otro dato claro: de 800 hectáreas que en su momento estaban cultivadas con olivos, hoy las estadísticas hablan de entre 200 y 300 hectáreas.

Desde el Instituto de Desarrollo Agropecuario Indap, las cifras de ingreso de cargas peruanas arrojó la importación desde Tacna, de 10 millones de kilos del preciado producto durante el 2013.

Este panorama, sumado a la plaga de la mosca blanca, está poniendo en jaque la existencia de los olivos y de la tradición que se inició hace unos 400 años.

LA VOZ DEL VALLE

Marko Gardilcic, quien se instaló en el valle de Azapa en 1959, pero que se inició en la olivicultura en 1973, asegura conocer en profundidad lo qué está ocurriendo en la actualidad con los olivos.

Para este inmigrante croata, el panorama no es para nada positivo y más que dar explicaciones de qué pasará, aclaró muchas dudas sobre las causas que han provocado que hoy la insignia de la agricultura local, como es la aceituna, se esté desvalorizando.

"Al olivo nadie lo defiende. En el mundo hay tres cosas sagradas: las abejas, ovejas y olivos. Estos se respetan en todas partes menos aquí. Creo que ningún Gobierno ha hecho absolutamente nada por este producto. Cuando una cosa está abandonada con este sistema, comienza a desaparecer. Esto es igual a un niño, si no le das de comer se va a morir", dijo Gardilcic.

Para este empresario, las incidencias de esta situación radican en que, "lamentablemente el negocio de las aceitunas ya no está siendo rentable. Y esto se debe a muchos factores, como las plagas, falta de agua, abandono, mal manejo de la Comca y muchas otras cosas que no valen la pena decirlas, porque son situaciones que no tienen nombre. También falta mano de obra, ya que en la agricultura nadie quiere trabajar; todos se van a las minas", manifestó.

Para Marko Gardilcic el tema de la aceituna de Tacna es la clave.

"Cuando hay reglamentos internacionales hay que respetarlos. Qué significa esto, que están libres las importaciones y exportaciones, por lo tanto no te puedes oponer a esto. Creo que debería existir una igualdad de condiciones. Ellos tienen una bonificación a los insecticidas y a la energía eléctrica. Y nosotros tenemos la luz más cara, por lo que es difícil trabajar", agregó.

Frente a la tala creciente de árboles, Marko Gardilcic especificó que hay muchos factores. El uso de pesticidas es importante y clave para una buena producción.

Sin embargo, es fácil ver predios cuyos propietarios los dejan abandonados en Azapa, al no resultarles rentable su mantención, cuyos olivos están con la plaga de la mosca blanca y los extienden a los árboles de las parcelas cercanas.

"Nosotros necesitamos lavar los olivos y para eso ocupamos maquinaría especifica y algunas veces no tengo personas para trabajar. En una hoja de olivo puedes encontrar 100 huevos con moscas, por lo que su mantención es altísima", subrayó.

También fue claro en señalar que hoy existen otros productos que son más rentables que tener olivos.

"Por ejemplo, actualmente hay unas 600 hectáreas de tomates bajo malla antivirus, que entregan unos 150 o 200 toneladas por hectárea. Si sacamos la cuenta de 600 hectáreas por 150 toneladas, y sabemos que Chile tiene 16 millones de habitantes, esto quedaría en seis kilos de tomates por persona aproximadamente", prosiguió.

Para él, el valle de Azapa tiene una importancia única y una ventaja muy grande, "que toda la verdura que produce el valle, es regada con agua limpia, por lo que es una verdura sana y sin contaminación", resaltó.

Con este panorama -dice- y sin un cambio de mentalidad en las autoridades y empresarios es difícil revertir la actual situación de los olivos. "El clima del valle es muy bueno y de los mejores. Creo que está bendecido por los dioses, es prodigioso", remató.

FALTA MANO DE OBRA

La situación laboral también es complicada, explicó.

Según él, falta gente para el agro y por lo mismo hoy vemos a peruanos y bolivianos trabajando.

No obstante, Gardilcic aclaro que, "aquí llega gente de Perú y Bolivia. A ellos les haces los papeles de permanecía y luego trabajan por un mes y se van a las minas. Creo que la agricultura no da para pagar esos sueldos. Para nosotros sería ideal tener buenas remuneraciones, pero lamentablemente no se puede. No puedo plantar 100 y cosechar 90, te vas a la quiebra", dijo el dirigente.

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