Humberto Giannini
Una filosofía de la cotidianeidad es, ante todo, un acto de salvataje; una práctica reflexiva y sistemática destinada a develar contenidos esenciales que, desdibujados por la nebulosa social que entorna nuestro día a día en el marco de la vida que transitamos y nos transita, constituyen importantes articuladores de sentido existencial. Caracterizada por una suerte de "ejercicio de educación visual" encaminado a "des-enfocar" lo transitorio y reconstruir lo trascendente, esta "filosofía de la simpleza" fue, por lejos, el ma-yor aporte de Humberto Giannini a la filosofía en Chile. La actitud intelectual con que invariablemente y por décadas signó a sus alumnos, habla, por otra parte, de la consecuencia habida entre la obra y el pen-samiento de un hombre coherente; sereno, profundo, tolerante, sus clases difuminaban la férrea vertica-lidad que caracterizaba la actividad académica en el, todavía, Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, deviniendo espacio de debate y cultivo de afectos; sin duda, un anhelado solaz, aunque sólo de un par de horas, para el libre vuelo del pensamiento. Hoy, ad portas de una resistida reforma educacional y en el exacto contrario del viejo "paidón ágo" griego, la mística y el legado de Humberto (así lo llamába-mos y a él le gustaba) resultan tan paradigmáticos como necesarios: pluralismo, transversalidad, integra-ción; pero por sobre todo, humanidad, mucha humanidad.
Patricio Hermosilla
Académico Filosofía UTA