Contesta el teléfono y, de inmediato, relata el episodio humillante. "Entré a la cancha y de inmediato me dijeron: Negro. Que se vaya el negro. Negro aquí, negro allá", dijo a La Estrella, en un intercambio íntimo, Emilio Rentería, el delantero con gol que juega en San Marcos. Rentería dice que, en un instante, perturbado por los garabatos, puesto que ya le gritaban "negro conchatu…" y otros apelativos que degradan a cualquier humano con carácter, se acercó al árbitro y acusó el acto de flagrante racismo. No sucedió nada y entonces, al rato, el hábil venezolano convirtió el gol. Lo celebró al lado de la multitud iquiqueña.
-Para celebrar.
-Yo no provoco, hermano. Yo bailo. Yo siempre, en todos los goles que convierto, yo bailo. Es mi baile y no pretendo ofender a nadie.
-Yo bailo con mi ritmo y no estoy pensando en molestar.
-Yo sé cuando cometo errores y cuando toca mi momento para pedir disculpas. No tengo inconvenientes para asumir culpas. Pero en este caso, hermano, no cometí ningún error y no le pediré disculpas a nadie.
-No. No quiero perdonar a esa gente. Creo que no deben estar en el fútbol.
Se va
El ídolo está molesto. Si bien Chile completo le ha expresado solidaridad y admiración, las ofensas arcaicas lo han derrumbado. "¿Qué tiene mi piel?", pregunta desesperado. Y La Estrella le dice: "Nada. Su piel está perfecta". "¡Un color de piel produce estas cosas!", se irrita con justa razón. "Mi familia me llamó", cuenta, "me piden que me vuelva ya". Y se volverá. Termina su contrato y toma el primer avión y se larga con su olfato goleador a un país normal. Convencerlo es casi imposible. J