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Un viaje al pasado a bordo de la joyitas del Club de Autos Antiguos de Arica

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Un viaje al pasado puede resultar fantasioso para muchos, pero podría convertirse en realidad a bordo de un automóvil con 80 años de antigüedad, que sí lo puede transportar en el tiempo, aunque sea metafóricamente.

Así lo siente Enrique Dvórquez, quien a bordo de su Graham del año 26, realizó, junto a varios integrantes del Club de Autos Antiguos de Arica, un paseo dominical hasta la Boca del Río en Tacna.

En total fueron 13 coches de diversas marcas y años, los que se juntaron por tercera vez y salieron hasta las costas de Tacna, a disfrutar del día, sacar el estrés y mostrar las joyitas a los transeúntes.

Al Graham, se unieron camionetas Ford, Chevrolet, un mini coopper, Volkswagen y otras marcas, que en su momento de la historia fueron los autos de grito y moda.

Hoy esos mismos forman parte de la historia y siguen circulando por las carreteras, ante la atónita mirada de las personas, que ven -impresionados- como sus dueños los han mantenido, pese a los años de antigüedad de la mayoría.

TRAVESÍA

El paseo de domingo partió en uno de los servicentro de avenida Santiago Arata Gandofo.

La ruta trazada fue seguir por la carretera hasta pasar las aduanas de Chile y Perú y, luego, desde Santa Rosa, buscar la ruta hasta el sector de Los Palos, internándose por la vía de asfalto que los conectó hasta la zona de Boca del Río.

Internados en el sector, pasaron entre olivos y chacras, dando un toque especial al viaje y observando cómo laboran la tierra los agricultores tacneños.

"Realmente esto es pasarlo bien, es como un viaje al pasado y nos sirve para relajarnos y desconectarnos del día a día", explicó Enrique Dvórquez.

El empresario aclaró que es la tercera vez que hacen el circuito hasta Boca del Río, en Tacna.

"Anteriormente y por el club vamos a Lluta, Chaca e incluso algunos socios, con mucho esfuerzo, han participado en el raid a Machu Picchu, en la caravana de autos antiguos de Chile y también en la que se efectuó con motivo del Bicentenario de Chile", agregó Dvórquez.

Para el amante de las tuercas antiguas, los paseos son "para pasarlo bien y promover el respeto por los fierros antiguos. Además hay una sanidad mental ya que te obliga a estar preocupado de buscar nuevas piezas", subrayó. El auto de Dvórquez, corresponde a la pieza de colección más antigua que existe en la ciudad.

Su puesta en marcha costó tiempo y dinero a su dueño.

"Yo tengo el automóvil más antiguo en la ciudad, se trata de un Graham 1926, el que encontré en una chatarrería del sur de chile. En principio el modelo era tipo gánster, pero lo terminamos convirtiendo en un deportivo con el que salgo cada domingo a pasear por la costa", manifestó.

VENDE SONRISAS

Para este coleccionista de autos, el salir a pasear, sirve para que otros aprecien el paso de la historia, aunque se trate de fierros.

"Te puedo asegurar que cada persona que mira los autos sonríe, ya que se trata de auto lindos y con muchos años, en el caso del mío, unos 80 lo que es todo un mérito", concordó.

TRAYECTO SIN PROBLEMAS

Dvórquez, entregó más detalles del viaje.

"Los autos no tuvieron problemas en el trayecto y el regreso fue muy tranquilo y cuando ya no había luz natural", comentó.

El grupo de automovilistas se apoya en un remolque que va acoplado a otra máquina y que les permite salir de alguna pana carretera. "En caso de problemas, se sube el vehículo y seguimos el rumbo trazado", finalizó Enrique Dvórquez. J