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Apareció Luis "Chiqui" Chavarría

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"Los uruguayos no son ni tan grandotes", opina Luis Chiqui Chavarría, ex volante enajenado del fútbol chileno. Al presagiar el partido de mañana, el amistoso con pierna fuerte que se anuncia en el Estadio Monumental, Chiqui aconseja, literalmente, no achicarse:

"Si los uruguayos se creen altos, pero son del mismo porte que los chilenos". La gracia, reconoce, es que ellos agregan más carácter. Se podría decir que "son altos en personalidad", admite con una deslumbrante metáfora.

Para dar un mensaje de energía al plantel, Chiqui accede a desempolvar una anécdota: "Yo", dice, "cuando jugué por Chile contra los uruguayos, luego de lesionar a Enzo (Francescoli) me enchuché con el más rabioso de ellos, el Paolo Montero, un tipo que mete la pierna hasta en el entretiempo. Y lo empapelé a chuchadas, mientras nos pegábamos puros pechazos. Esa es la gracia contra ellos, no creerles la pose de guapos".

A su juicio, "los huevos no son propiedad exclusiva de Uruguay". Hay que ir de frente y pensar en la patria. Eso aconseja Chavarría, un sabio en el rubro de la fricción, el conocido autor de la patada gloriosa que le reventó la pierna derecha a Francescoli en 1996. De hecho, hace unos días -el 12 de noviembre- Chiqui celebró, con emoción y también recogimiento, la mayoría de edad de esa maniobra: la legendaria chuleta acaba de cumplir 18 años. "No me arrepiento. Lo hice porque era necesario". J