Enfermera en moto ¡power!
Cada vez más mujeres se ven recorriendo la ciudad en este medio de transporte hacia sus universidades y trabajos, como ayer donde una enfermera salió de su lugar de trabajo, tomó su casco y adiós.
Cada vez más mujeres se ven recorriendo la ciudad en este medio de transporte hacia sus universidades y trabajos, como ayer donde una enfermera salió de su lugar de trabajo, tomó su casco y adiós.
Si bien la nostalgia ha caminado de la mano de nuestra sociedad en los últimos años, pareciera que conforme el tiempo avanza, los recuerdos y la necesidad de recordar se hacen más presentes y hasta indispensables. "Todo tiempo pasado fue mejor", dicen algunos, y así como hace unos 30 años las remembranzas de la "Nueva Ola" como movimiento musical y hasta casi cultural ocupaban un lugar importante en la memoria colectiva, hoy no es menor lo que ocurre con décadas como los '80 y '90.
Espacios y programas radiales, hasta emisoras con tendencias claras y definidas, teleseries, libros, documentales y una serie de hitos han ido ayudando a perpetuar aquellos recuerdos de momentos que se mueven entre lo difícil, lo romántico, lo alegre y lo exitoso. Un fenómeno que no escapa al planeta. Medios como National Geographic, por ejemplo, hicieron una serie sobre los '80 y ahora ponen en marcha una que se concentra en la década de los '90.
Desde lo macro, a lo micro. Esta necesidad de volver a los "mejores tiempos" y hasta a las épocas de bonanza se vive también en Arica, donde no es difícil extrañar la época de la recordada Junta de Adelanto que logró el despegue que tuvo la zona, uno que no ha vuelto a registrar con los mismos resultados.
La nostalgia es positiva cuando logra conectar a los pueblos y a las personas en particular, con su historia y sus raíces, cuando enseña y guía. Pero puede no ser saludable concentrarse sólo en lo "pasado que fue mejor", cuando aquello inmoviliza. La cultura de mirar hacia el pasado debe motivar a recoger lo mejor de la experiencia para actuar con celeridad en el presente y capitalizar ese pasado que se admira y añora.
Probablemente la vorágine con la que vive nuestra actual sociedad no permita hoy vivir con el ritmo y la conciencia de hace unos años. Sin embargo, esa misma historia alienta, en el caso de Arica, a volver a trabajar por el desarrollo de una zona que hace décadas, supo salir adelante teniendo como protagonistas a sus autoridades y a sus ciudadanos.
Un banco es una institución que recibe depósitos para luego darlos en préstamo. Cuando los pasivos se hacen superiores a los activos cae en situación de insolvencia que no le permite enfrentar sus obligaciones a corto plazo ni a futuro y quiebra.
Esta es el caso del Banco de huesos del Instituto Traumatológico que ha ido gastando sus reservas, sin ser repuestas, pues desde hace 4 años no ha tenido donantes que hagan depósitos óseos para reponer las pérdidas por el uso de huesos conservados en él para tratar pacientes que han sufrido graves lesiones en su esqueleto. El trasplante óseo se usa para reponer el hueso que ha sido destruido por un serio accidente traumático o extirpado por un tumor óseo, salvándose de esta manera la extremidad lesionada y conservándose su armonía estético-funcional.
Como el tejido óseo es bifásico, con una matriz orgánica celular y una inorgánica mineral de fosfato de calcio, el injerto aporta una estructura que sirve de andamio para que el organismo fabrique nuevo hueso y restablezca las propiedades mecánicas de su arquitectura interna. El mejor injerto es el hueso propio, pero cuando esto no es posible, el hueso de un donante es fundamental, ya que puede ser guardado en un refrigerador a 80 grados bajo 0, que lo conserva como un apreciado depósito en la bóveda de un banco para ser utilizado en reemplazo del hueso perdido. La riqueza de un banco está en tener muchos depósitos, en este caso un gran número de donantes de aquellos que no los necesitarán más, porque al más allá se va espiritualmente y no caminando.
Aumentar el número de donantes para que otro ser humano pueda seguir haciendo su vida activa, es la única manera de evitar la quiebra del Banco de huesos.
Un hombre se bajó de un auto para comprar en un reconocido supermercado local. Lo malo es que dejó su auto en un espacio reservado para discapacitados, pese a que él caminaba perfecto.