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"Pascuero" de Putaendo fue elegido como Héroe Nacional

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Enrique Fernández (77) más conocido como el "Pascuero" de Putaendo fue elegido como el Nuevo Héroe 2014 por votación unánime en un concurso nacional realizado por la Caja de Compensación Los Héroes, donde también obtuvieron una gran votación la ariqueña María Teresa Madrid, guardiana del Santuario del Picaflor y y Diego Aguilera, el Patch Adams de Copiapó.

La historia de don Enrique se remonta al año 1960, fecha en la cual decidió dedicarse al oficio de carpintero para seguir la labor que comenzó su hermana Filomena que falleció de tuberculosis fulminante cuando sólo tenía 27 años.

"Todos los juguetes que hacía los entregaba a nombre de ella. Filomena dedicó gran parte de su vida a favorecer a los niños más necesitados y siempre cuando pequeño la observaba y decía que algún día me gustaría ser así de bondadoso como lo era ella", comenta el putaendino más celebre del momento.

Don Enrique comenzó a entregar un total de 200 juguetes en memoria de su hermana. Todos entregados a niños de escasos recursos de distintas poblaciones de la localidad de la Quinta Región. El carpintero iba a las juntas de vecinos, les pedía la lista de las edades de los niños y comenzaba la labor de crear los juguetes además les ponía una tarjeta donde decía: "Si tú eres feliz con este objeto yo soy mas feliz por tu alegría. Feliz Navidad". Todo esto lo realizaba de forma anónima así que pocas personas sabían en un principio que don Enrique, habitante de la población Ejército Libertador, era el Viejito Pascuero que elaboraba los regalos.

"Los entregaba de acuerdo a las edades de los niños y gracias a Dios que siempre tuve el respaldo de mi familia y hasta de mis vecinos. Me ayudaban a lijar, como me veían tan atareado me venían a ayudar, me pedían piezas para lijarlos así que yo feliz. Un año hice 217 juguetes y los fui a dejar a El Colorado donde se crió Teresita de Los Andes. Tenía un amigo muy católico que me llevó sin cobrarme nada y me dijo que esa era la cooperación suya".

El Pascuero de Putaendo dedicó toda su vida a esta labor sin recibir nada a cambio más que la satisfacción espiritual de hacer feliz a cientos de niños con sus juguetes. Actualmente tiene 5 hijos, 9 nietos y 6 bisnietos a quienes regalonea con sus enseñanzas y creaciones.

"Nunca pedí ningún galardón material porque siempre sentí una recompensa espiritual muy grande. Aquí me dicen el Viejito Pascuero y ya ni puedo salir a la calle porque toda la gente me saluda. El alcalde también me dedicó unas muy lindas palabras y reconoció que la labor que hacía era muy hermosa", dice emocionado.

Además de entregar juguetes en Putaendo, don Enrique ha enviado sus creaciones a Chaitén cuando ocurrió la erupción del volcán y ahora piensa entregar a los niños afectados por el incendio de Valparaíso.

"Mi hija fue quien me dijo que este año los entregara allá. Eso sí este año va haber un atraso, ya que, debido a problemas de salud que he tenido, la entrega la realizaré en enero", asegura.

Hace 3 años le pusieron una prótesis en la pierna y también le dio un infarto cerebral, comenta que el doctor que lo atendió le dijo que su recuperación había sido un milagro, ya que no sufrió ningún daño colateral. Le agradece a Dios y a San Expedito, a quien le prende una vela todos los días apenas se levanta, de haber quedado lúcido y con la fortaleza para seguir trabajando, ya que planea seguir elaborando juguetes hasta el final de sus días.

TRANQUILO Y FELIZ

La vida de don Enrique transcurre tranquilamente en la localidad de Putaendo donde vive con su esposa y tiene su taller. Fue nominado como uno de los Nuevos Héroes 2014 por su desinteresada labor humanitaria y entregarles sonrisas a los niños que más lo necesitan.

Durante la entrega de los premios realizada en Santiago dice que nunca esperó ser ganador, ya que nunca hizo esta labor para ser reconocido.

Compartió con los demás nominados y al "Patch Adams" de Copiapó le regaló un trapecista de madera y éste le entregó su nariz de payaso.

"Fue tanta la emoción al ver a todo el público que hasta pensé que me iba a desmayar, menos mal que justo en ese momento me abrazó Soledad Onetto sino no sé que hubiese pasado. La verdad es que fue tremendo. Algo que nunca me esperé", dice feliz. J