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Un homenaje póstumo que traspasa fronteras

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Se dice que uno de los fines principales de los seres humanos en este raudo paso por la Tierra es plantar una huella imperecedera: un legado que permanezca tatuado en el viento y traspase las barreras del tiempo.

Hoy por hoy, esto se traduce y toma fuerza cuando a pesar de las distancias, familias completas de chilenos viajan al emblemático Cementerio General de la ciudad de Tacna para rendirle homenaje a aquellos seres queridos que aún descansan junto a sus inolvidables historias en los diferentes sepulcros y mausoleos del sagrado recinto; quienes de una u otra manera siguen estando presentes y latiendo con ímpetu en sus corazones.

Y a pesar de que en medio de ambas naciones existe un sinnúmero de controversias históricas y territoriales, acompañadas de constantes dimes y diretes de los gobiernos de turno, chilenos y peruanos recuerdan en un 'vals' sinérgico la unión latinamericana de la que hablaba el reconocido Libertador Simón Bolívar, olvidándose por completo de aquellas disputas y festejando la vida de los que ya no están, demostrando que el respeto por el prójimo traspasa fronteras.

Sábado primero de noviembre, 12.00 del día; y un imponente sol comienza a recibir a centenares de personas dando inicio una vez más a la celebración del Día de Todos los Santos en el camposanto tacneño, el cual es administrado por la Sociedad de Beneficencia Pública de Tacna (SBPT), a través del abogado Jorge Torres, quien, además, hace las veces de locutor del sector sacramental, y que personalmente le da la bienvenida a los compatriotas chilenos que dicen "¡presente!" en esta fecha.

"Son decenas las familias que cada año nos visitan desde distintas ciudades de Chile, y no sólo para dejar flores en las sepulturas, sino también para conocer los rincones llenos de relatos que guarda este singular espacio sagrado", declaró el administrador.

no olvidan

"Mi tía era una persona sumamente especial. En una familia lo normal es que alguien más cercano como tus padres o hermanos, te marquen más en la vida, pero Catalina me entregó consejos que hasta el día de hoy, a mis 38 años, sigo atesorando con mucho respeto. Estas lecciones son las mismas que tengo la oportunidad de transmitir a mis hijos; por eso estoy aquí, porque quiero que recuerde que no la he olvidado", expresó emocionado.

Los hermanos peruanos Rosa, María y Luis Aragón fueron criados por don Manuel Rodríguez; chileno, quien a los 85 años dejó de existir en la ciudad ubicada a orillas del río Caplina.

Antes de iniciar la conmovedora romería que tenían preparada con mariachis incluidos para interpretar baladas y serenatas a su padre, Rosa comentó que "Luis hace muchos años que vive en Arica, pero siempre nos juntamos en este cementerio para inmortalizar su persona. Si bien no fue nuestro papá biológico, sentimos que llevamos su sangre correr por nuestras venas. Él se hizo cargo de mí y mis hermanos cuando no contábamos con nadie y no teníamos dónde vivir y estamos muy agradecidos por todo el cariño incondicional que nos entregó", sostuvo.

Gabriela Alfaro es madre de tres hijos de 15, 17 y 27 años, respectivamente. Su padre Miguel era un chileno que se enamoró y casó con una peruana de la cual nunca más se separó. Hizo su vida en Tacna como conductor y jamás quiso celebrar el Asalto y Toma del Morro de Arica los 27 de junio, porque consideraba que ambas regiones nunca debieron separarse.

Para esta trabajadora social "el hecho de acompañar a mi papá este día cobra un sentimiento único, porque creo que uno atesora más a las personas cuando ya no las tiene a su lado para poder hablarles.

Este es mi caso; antes de que mi papá falleciera, habíamos peleado por cosas absurdas, y, posterior a eso, tuve que viajar a Iquique por asuntos de trabajo.

un deudo más

Dice saber al dedillo cada uno de los modismos patrios y advierte de inmediato cuando alguien va a pasear al huerto del Señor y, por otro lado, cuando ese familiar significa mucho más que una visita pasajera.

"En estas fechas siempre tengo la certeza que algunos chilenos se harán presentes en el camposanto. Tengo una lista de algunos jefes de familia que constantemente aparecen por estos pasillos los primero de noviembre y me contratan por mis oraciones religiosas.

Ellos están al tanto que el dinero no es lo que me importa y que oro con velas encendidas en aquellas tumbas abandonadas porque todos merecen que alguien rece por ellos. A estas alturas me considero un deudo más de sus propios parientes. porque saben que cuando se van a sus hogares, pueden contar conmigo para velar el descanso de sus seres queridos", afirmó.

generación florista

"Los chilenos que se acercan a comprar flores saben que yo también hago arreglos especiales con los colores de su bandera, por eso siento que la mayoría me prefiere y hasta se pasan el dato cuando vienen.

Durante estas cuatro décadas he visto pasar a numerosas parejas recién casadas que después vienen con sus hijos a ver a sus difuntos", manifestó esta floricultora y madre de cuatro hijos. J