Adiós al amigo
"El mundo nos pertenecía, y no dudábamos en disfrutarlo. Éramos tres, Sergio Funes, Nelson Soza y Carlos Morales."
Hoy ha muerto, en San Pablo, Brasil, uno de los tres mosqueteros: Nelson Soza Daza, uno de los mejores amigos que tuve en mi juventud.
Trabajábamos en la aerolínea y éramos inseparables. Inclusive hacíamos coincidir nuestras vacaciones para no variar esa condición. Juntos recorrimos el país, y viajamos al extranjero, compartiendo innumerables aventuras y experiencias.
¿Cómo no recordar lo jóvenes e ingenuos que éramos? En Madrid estuvimos una semana comiendo "Pulpo a la vinagreta", porque los otros platos del menú tenían nombres aún más raros. Cuando ya comenzaban a salirnos tentáculos, descubrimos que la "Paella" era arroz con carne y mariscos, y que las "judías" eran los porotos chilenos.
Pero hoy, por esas veleidades que tiene la memoria, no logro recordar el momento exacto en que nos conocimos. Al parecer ingresamos casi al mismo tiempo a la línea aérea. Lo que sí recuerdo con certeza, es que congeniamos de inmediato. Nos sentábamos juntos en el bus de la empresa, y no parábamos de conversar hasta llegar al aeropuerto, donde trabajábamos hablando hasta por los codos. El regreso lo hacíamos de la misma manera. Como el bus me dejaba primero, nos bajábamos en mi casa, para no interrumpir la conversación. Allí mi madre nos servía onces y seguíamos nuestras interminables confidencias. Después pasaba algo muy divertido. Lo acompañaba hasta la esquina de Santa María con la Panamericana. Como el diálogo se extendía, yo lo encaminaba entonces hasta la población Carlos Condell, donde él vivía. Luego Nelson volvía a acompañarme a mí, y viceversa, convirtiéndose en un cuento de nunca acabar. Al final, lo remediábamos quedándonos a medio camino de las casas de ambos.
En fin, querido Nelson, aunque la geografía y la providencia hayan puesto distancias entre ambos, ya vendrá el destino a decir cuándo reanudaremos nuestras pláticas.
A mi amigo de toda la vida: Nelson Soza Daza. (Q.E.P.D)