"Las toneladas de basura que inundan el río San José"
El día miércoles 15 de octubre salió publicado en este mismo medio una noticia denominada "Las toneladas de basura que inundan el lecho del San José", situación que lamentablemente para todos los ariqueños y turistas que visitan nuestra ciudad se ha transformando en parte del paisaje urbano natural de la ciudad.
Es acá, donde nuevamente damos cuenta de la poca creatividad o más bien de la nula visión estratégica que han tenido nuestras instituciones y autoridades; ejemplos exitosos de ciudades que han abordado de manera ejemplar y exitosa problemáticas similares tenemos para enumerar; ejemplos como la transformación del río Besós en Barcelona, el río El Prat de Llobregat de la misma ciudad son para seguir por sus notables efectos pero también para cuestionar quizás por los más mediocres por la muy mal utilizada y adquirida frase "es otra realidad", por lo mismo podríamos y para no exponer esta carta a la mediocridad de algunos, mirar lo que está desarrollando en la actualidad la ciudad de Medellín en Colombia con el río Medellín; nadie podría aludir que es otra realidad, o en realidad sí, es una realidad inferior a la nuestra en términos económicos y con una inversión pública que añoraría nuestros recursos. Pero como quiero generar consenso y no discusiones en relación a dónde mirar, tenemos dos ejemplos notables en nuestro país de estas intervenciones; el Parque inundable en el Zanjón de la Aguada en la región Metropolitana, o más cerca nuestro, un proyecto liderado por el MINVU de Atacama, el Parque Urbano Kaukari, desarrollado en el río Copiapó, ambos son sin duda dos muy buenos ejemplos a seguir.
Como dije anteriormente, podríamos estar enumerando un sinfín de ejemplos de cómo abordar de manera correcta los cerca de 4 kilómetros de extensión en su parte urbana del río San José, que nos permita desarrollar un parque Fluvial o inundable transversal, muestra de equidad territorial y de apertura de lo que hoy es una gran grieta de segregación en nuestra ciudad, con senderos y ciclovías que generarían dinámicas de poblamiento y de valorización de los suelos aledaño, ayudando a quitar el estigma de los sectores contiguos, que mejorarían la calidad de vida de los miles de habitantes que viven en las cercanías al lecho de río y de nuestro paisaje urbano con un cambio rotundo de imagen ciudad, dando un claro ejemplo en el cambio de paradigma con el que debemos enfrentar el diseño y ejecución de nuestros proyectos urbanos, entendiéndolos como motores dinamizadores capaces por si solos de generar economías derivadas en su entorno, entregando valor agregado en su hábitat, pero lo que es aún más importante, mejorando la calidad de vida de nuestros habitantes.
Víctor Mardones Bernal