El profesor Luis Milanés es un tocopillano de nacimiento, pero ariqueño de corazón, ya que ha preferido entregar sus mejores años de enseñanza a los niños de esta región, en especial a los pequeños que viven en los poblados más recónditos y alejados de la ciudad.

diferentes realidades

Al llegar al pueblo de Esquiña, ubicado en la comuna de Camarones, el profesor se encontró con una realidad diferente . "En la universidad me prepararon para dar clases en la ciudad y no en zonas rurales, donde la realidad es muy distinta, porque me encontré con 17 alumnos de todas las edades. Ahí tuve que ingeniármelas para enseñarles a todos al mismo tiempo", contó.

junto al amanecer

"Muchas veces los niños venían a tocar la puerta para despertarme, porque querían ir a la escuela. En esos tiempos Esquiña era la única escuela del sector, por eso los niños de los pueblitos y caseríos cercanos venían muy temprano en burro o a pie. Eran realidades diferentes a las cuales yo me tuve que adecuar ", dijo Luis Milanés.

grandes amistades

Durante todos esos años cultivó grandes amistades que conserva hasta el día de hoy. Uno de ellas es la amistad con don Néstor Manzano, poblador que tenía una banda de bronce, con la que ayudaba al profesor en clases de música y actos escolares.

"Yo y mi familia nos trasladamos al pueblo por el trabajo y por eso convivíamos harto con la comunidad quienes compartieron con nosotros todas sus costumbres y tradiciones", dijo Luis, que en esos años regresaba a Arica, según la frecuencia de viajes de los camiones que trasladaban corderos y semillas a la ciudad, cada dos meses.

de regreso

En los años siguientes fue derivado a trabajar en las escuelas de Chitita, Illapata, Codpa y finalmente lo designaron para la Escuela de Cobija, establecimiento que dirige hasta el día de hoy.

"En todos los pueblos fui muy bien recibido, en especial en Illapata, y también en Cobija, donde las familias comparten con nosotros sus asados, watias y aveces me traen un plato de picante al aula", aseguró el profesor, que agradeció el apoyo infinito de su esposa, que siempre está a su lado para apoyar la gran vocación que muy pocos tienen. J