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Colusión

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La palabra colusión llegó y es de esperar que no sea para quedarse.

Según la R.A.E., significa pacto ilícito en daño de tercero.

Las Farmacias, luego los Pollos y ahora la alarma suena en el mercado de los Cerdos.

Al parecer algo no huele bien; la colusión es una lacra que ataca sin anestesia a los más vulnerables, si vemos los tremendos esfuerzos que realizan numerosos chilenos que deben tomar medicinas de altos costos.

Si a eso le sumamos la colusión de las farmacias, se provoca un descalabro en la débil economía familiar.

El mismo caso el de los pollos, es decir productos de primera necesidad, lo que demuestra la absoluta insensibilidad de los abusadores cuando el fin es hacer rentar mejor el negocio, al precio que sea.

Quedó de manifiesto la ausencia de organismos que cautelen a los consumidores. Los que se autoproclaman de hacerlo, otra vez fueron proactivos.

No debemos olvidar que estamos insertos en una economía de libre mercado, en donde los precios de los bienes y servicios deberían ser el producto del consentimiento entre vendedores y consumidores mediante las leyes de la oferta y la demanda. Esto no ocurrió cuando los vendedores violaron dichas leyes básicas de este sistema, coludiéndose en verdaderos carteles, para defraudar a los consumidores aprovechándose de sus necesidades.

Urge investigar a fondo la comercialización de otros productos también masivos y evitar colusiones. Se debe estar muy atento, cuando un producto escasea entre los pocos que lo venden y a la vez su precio por lógica sube y se iguala entre sus exclusivos vendedores.

Luis Soler Milla