Familia Suiza tomó sus "bicis" para ver el mundo
El director de un colegio Suizo, Olivier Crausaz, de 40 años, no lo pensó dos veces y junto a sus dos hijos y esposa Geraldine cargaron sus bicicletas y tomaron un avión que los dejara en Lima ¿La intención? Recorrer más de 15 mil kilómetros e insertarse en la raíz de la cultura peruana, chilena y boliviana.
Pero esta familia europea no solo recorre el sur de nuestro continente promoviendo el uso de la bicicleta, sino además la fuerza de la energía solar, ya que las dos ruedas suizas cuentan con un llamativo sistema de placas voltaicas que cargan el motor de los osados aventureros, cada vez que estos se sienten cansados.
Un año sabático
"Con mi esposa y dos hijos decidimos tomarnos un año sabático y quisimos venir a recorrer parte de Sudamérica en bicicleta. Nuestro viaje lo comenzamos en Suiza, pero el pedaleo partió en Lima, lugar donde llegamos desde Europa. Desde la capital peruana hemos hecho 2.500 kilómetros hasta acá (Arica). Mis ojos y el de mis hijos han podido observar en vivo y en directo todo lo que es Nasca, Cuzco, Arequipa, Juliaca, Mollendo y toda la costa del Pacífico Sur", comentó un entusiasmado Olivier Crausaz.
El equipo que llevan a sus disposición los cuatro suizos les permite atravesar la alta montaña sin sentir el frío que hay en los cinco mil metros de altura. Por lo menos así lo explicó Geraldine, profesora de educación básica en Suiza y que se sumó a la travesía de su esposo en este continente.
Los buzos térmicos, las legumbres, la olla, la carpa, los parches de bicicletas, los sacos de dormir, uno que otro juego para divertirse en los momentos de descanso y la versátil cuchilla suiza (conocida en el país europeo como navaja del ejército) son los elementos que no pueden faltar en esta aventura de la familia Crausaz.
"Hoy (ayer) vamos a tratar de llegar a la frontera boliviana para después trasladarnos a Lauca, Colchane, el Salar, Uyuni y queremos irnos hasta el sur y llegar hasta Ushuaia", comentó el pedalero suizo.
Con un novedoso sistema, la familia Crausaz acumula energía a través de dos placas solares para poder atravesar las cuestas que tiene el camino "cuando las subidas son muy pronunciadas nuestras bicicletas ocupan el motor que llevan adaptado, este se carga a través de la energía solar y no tiene un velocidad superior a los 40 kilómetros por hora", explican.
DIEZ AÑOS EN LA BICI
Ya son diez años los que Olivier y Geraldine llevan montados en sus bicicletas, a través de esos paseos sobre las dos ruedas han aprendido a conocerse y se han hecho cada vez más compañeros de vida.
"Hace 10 años que con mi esposa viajamos en bicicleta y cuando nació nuestra primera hija Amalia (8 años) nos preguntamos cómo lo haríamos ahora para trasladarnos, y ahí surgió la idea de adaptar la bicicleta. Hicimos dos prototipos con paneles solares y dos bicicletas muy especiales para los niños con el fin de que ellos pudieran pedalear también", explicó Olivier Crausaz.
"La bicicleta cuenta con dos placas fotovoltaicas que miden 1.50 metros de largo por 70 centímetros de ancho, cada panel pesa un kilo 500 gramos y cada uno de ellos genera 150 watts máximo que va en directa carga a la batería de litio que alimenta el motorcito", reveló el aventurero Crausaz.
Estos les ayudan a avanzar en los caminos más pesados. La velocidad depende del viento, subida, camino y otros factores, pero fluctúa, por lo general, entre los 40 y 15 kilómetros por hora".
De Chile conocen sólo el sur y parte de Santiago "antes con mi esposa llegamos a este país sólo con un saco de dormir, y llegamos y nos maravillamos con su gente ahora lo recorremos en bicicleta". J