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El triste día a día de la familia chilena que pide plata en Tacna

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Que a cualquier chileno se le hace difícil encontrar trabajo por estos días, es un hecho. Que al tener una pareja y un hijo que no ven ingreso alguno, el asunto se torna desesperante, también. Pero si a ese chileno le agregamos que su cesantía la está viviendo fuera de su país, que padece diabetes y tiene una gangrena crónica, que su pareja sufre de una maldita hipertensión y que no hay día en que no pueda responderle a su hijo que no hay plata para almorzar ni para arreglarle las zapatillas rotas, el asunto ya pasa a llamarse calvario.

Se trata de Gabriel Antonio González, 61 años, ex trabajador de Codelco y que por una negligencia que asume junto a su esposa, quedó de un día para otro de brazos cruzados en Tacna.

Hace más de un año, el hombre y su pareja, Jaqueline, llegaron desde Copiapó hasta Tacna, supuestamente para recibir una herencia y volver a su país.

Pero por un error en el papeleo y un trámite judicial mal hecho, no vieron ni un peso de lo que tenían que recibir, lo que los condenó a rondar entre la Plaza Bolognesi y otras esquinas para pedir plata. 'Después de lo que nos pasó, tuvimos que dormir en la calle varios días con nuestro hijo. Por suerte un abogado se apiadó de nosotros y por lo menos estamos viviendo como allegados', comenta.

El hombre agrega que padece de una dolorosa gangrena y una avanzada diabetes, mismas razones por las que se le hace imposible ser aceptado en algún trabajo. 'Cuando vimos que ya estábamos mal, trabajamos con mi esposa en un hotel. Hacíamos bien la pega, pero después el dueño quería que hiciéramos el doble por menor plata, porque el negocio estaba mal'.

- Él recién cumplió 13, pero no comprende mucho. A mí me da no sé qué responderle que hoy no vamos a almorzar porque no tenemos plata o porque la policía nos corrió de la plaza donde pedíamos plata. Es una pena.

- Hay de todo. Nos han tratado mal, pero también hay gente generosa. Mi hijo va a la escuela y por lo menos ahí nadie lo ha discriminado. Es más, el otro día le hicieron un reportaje en el periódico peruano donde lo destacaban como el único brigadista chileno en un establecimiento tacneño. Es lindo, pero lástima que con un reportaje no podemos alimentarlo ni comparle zapatillas. J