Donde los muebles se reencuentran con el ayer
Hace tres años que Catherinne Mansó Solís comenzó a buscar en el pasado su manera de ganarse la vida. Luego de quedar desempleada, los muebles fueron su opción para salir adelante con su familia.
Antes de comenzar a resucitar los muebles de los ariqueños, Mansó hizo de todo, 'trabajé en el hospital, fui administradora radial, hacía publicidades, contrataciones, pero desde que quedé sin pega me dedico a la restauración de muebles antiguos'.
L a idea era independizarse, porque 'cuando uno cumple cierta edad se cansa de hacer plata para los demás, así que pensé en el futuro y las habilidades que me podrían dar la anhelada independencia'.
Obviamente que para comenzar cualquier negocio el nombre debe ser algo importante. Fue así 'como miré hacia mi alrededor y vi a mi perra Mafalda que movía su colita. Así que mi mascota fue la que me permitió en parte la independencia'.
'Esto partió porque yo hacía cosas acá en mi casa, y las visitas que llegaban me decían que todos los trabajos que tenía en el hogar estaban lindos', explicó Mansó.
'En Mafalda restauro muebles antiguos, tapizo sillas, lavo tapices y todo lo que pueda ser restaurado lo trató de arreglar con mis manos. Desde el año 2012 que vivo de mi propio trabajo y soy más feliz que nadie'.
Agrega que desde niña que le gustan las manualidades , 'yo creo que por ahí partió mi gusto por este oficio. Así que una vez que me independicé no tuve problemas en dejar como nuevos cada mueble que llegaba hasta mi hogar'.
Con su esposo trabajando en la minería y su hija preparándose para llegar a la universidad Mansó tiene que levantarse todos los días temprano a ver el facebook 'ya que por medio de este sistema yo le doy publicidad a mi labor.
Vía facebook muestro los distintos trabajos que desarrollamos en Mafalda y así llegan clientes diariamente'.
Si bien Mansó no tiene problemas a la hora de desarrollar su labor 'es mi marido quien una vez que llega de la mina hace los trabajos más pesados, como cortar maderas o cargar materiales muy pesados; lo más livianito y lo que es el arte lo hago yo'.
Vitrinas, sillas y mesas del año de la Guerra del Pacífico han pasado por sus manos, y una vez que las entrega 'los clientes quedan maravillados, muchas veces quieren botar muebles antiguos y no se dan cuenta el tesoro que guardan'.
'La idea de mi trabajo es darle vida al mueble antiguo, que las personas se reencuentren con el ayer. Por ejemplo si uno llega a una casa y vez un mueble antiguo siempre hallará una historia que contar, y eso es parte de la vida'. J