Cafetería y la Ley del Mono
Es momento de ponernos serios, pero justo están informando que la cafetería en el Congreso fue clausurada por no tener permisos municipales al día, o sea quienes legislan las leyes, no las cumplen.
No hay que esforzarse mucho para ver que el Congreso no está en sintonía fina con lo que está pasando fuera de sus puertas …, pero ¿Cuál es el problema de gastar 772 millones de pesos en un salón Vip?
Partamos de la base que toda la crítica dura que vino de la ciudadanía por este gasto, está exacerbada por la baja valorización y cercanía que tiene la política y sus miembros entre la gente, que se muestra en las altas abstenciones, porque si Chile tuviese una clase política con una alta aceptación, Senadores y Diputados idóneos para el cargo, imbuidos a fondo en la solución de problemas de la gente y no los propios y los de su partido político, no olvidando nunca que su cargo es para servir y no para servirse, condición sine qua non al solicitar el respaldo del elector, es decir un verdadero servidor público, palabras muy repetidas por varios, sin lugar a dudas nadie en Chile hoy estaría cuestionando la cafetería y otras granjerías.
Lo que definitivamente faltó es que alguien con criterio contará hasta 772 millones y se preguntara 'si el horno estaba para bollos'.
Claramente la respuesta debió haber sido no.
Ellos mismos legislan, arman y aprueban el marco en el que los chilenos debemos movernos, en este caso puntual, la construcción de la cafetería 'se les escapó del marco' y el colofón lo colocó la respectiva clausura por falta de permisos municipales, salvo que hayan ocupado 'La Ley del mono'…
Luis Soler Milla