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El Festival del Choclo

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El fin de semana recién pasado, muchos tuvimos la oportunidad de asistir a un gran evento cultural y gastronómico en Poconchile, el principal poblado del valle de Lluta. Este evento contó con muy buena convocatoria y una adecuada organización, con presencia de artistas de renombre nacional e internacional, eso sí note poca presencia de artistas locales lo cual se puede subsanar para las siguientes jornadas, de todas maneras se reconoce y agradece el esfuerzo realizado por la Municipalidad de Arica.

Las municipalidades de la región suelen organizar eventos culturales de similares características durante todo el año, precisamente para promover las particularidades de las distintas comunas con enormes riqueza arqueológicas, gastronómicas y geográficas.

El paso siguiente es construir una agenda con todos actores públicos y privados para difundir en conjunto las principales festividades de la región, de esta forma promover el turismo como una de las actividades económicas más importantes de la región.

Emilio Jiménez

Triángulo de la discordia

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En mi calidad de médico pediatra y residente ariqueño desde hace casi medio siglo me siento en la obligación ética y moral de expresar mi profunda preocupación por el nuevo problema limítrofe planteado entre nuesto país y la República del Perú.

En mi experiencia de vida he comprobado que existen más factores que nos unen con el vecino país que algunos pocos que pudiesen distanciarnos y entre estos últimos, el triángulo terrestre, en el cual no hay concenso entre la posturas de los dos países, nos debiera hacer reflexionar para ser mas creativos y buscar un ideario que nos acerque y no que nos aleje como pueblos limitrofes. Por ello pienso que destinar el territorio en cuestión como un Templo de la Fraternidad, el cual sirviese de base para desarrollar actividades religiosas, sin excluir a ninguna de ellas, podría ser beneficiosa para que en el terreno elevaramos nuestras conciencias, purificadas y ennoblecidas, hasta los más sublimes ideales, en aras a construir un mundo del mañana, más pleno en paz, sabiduría y amor.

Dr. Marco A. Aguirre Bonilla