Sus actividades, piruetas y destrezas en general se han convertido en parte del paisaje urbano de muchas ciudades de nuestro país. Los 'skaters', como se conoce a quienes practican el skate o los desplazamientos sobre una patineta (skateboard), desafían muchas veces no sólo las leyes de la física con sus movimientos, sino que también normativas urbanas en distintos lugares, por los espacios que ocupan.

Las plazas públicas, los concurridos parques centrales, suelen ser sus puntos de encuentros. En algunas comunas incluso, esto ha llevado a que se eleven normativas y ordenanzas destinadas a evitar que practiquen este deporte extremo en estos lugares, por seguridad propia y de terceros.

Son estos factores los que ha llevado al desarrollo de proyectos de parque especiales para que los cultores de esta disciplina la puedan practicar en espacios exclusivos. Pero los skateparks, como se les llama, necesitan también de condiciones fundamentales: Primero, que su diseño incluya la consulta con los especialistas en el tema, que por lo general son los mismos deportistas. Y en un segundo aspecto, es que también puedan llegar a concretarse definitivamente e idealmente, mantenerse.

Hace unos días que los skaters ariqueños se han estado organizando para recuperar el skatepark de la ciudad. El hecho se relaciona con algunos de los factores antes mencionados. Y es que en primer término, es una buena señal que grupos que son vistos por la sociedad, a veces, como inorgánicos y dispersos, puedan mostrar que son capaces de trabajar por un bien común y aportar. Y en un segundo aspecto, expresan también su voluntad de practicar este deporte en las condiciones ideales, sin tener que ocupar espacios urbanos destinados a otros fines.

Lo que queda es que la sociedad, en especial autoridades y hasta el sector privado, puedan también tender una mano a los jóvenes cuando dan muestras, en general, de compromiso por lo que hacen y lo que los motiva.

Es muy agradable reencontrarse con los egresados de sus colegios cuando convertidos en profesionales, concurren a visitar a sus profesores para saludarles y agradecer a quienes les ayudaron a ' cruzar la calle ' y llegar a completar su formación que, en rigor, puede considerarse como parcial, porque la persona nunca termina de educarse. La educación es un proceso permanente que enseña a caminar y progresar en la vida. Siempre serán bienvenidos los mensajes que aporten al cumplimiento de esta finalidad. En mi caso tengo la fortuna de recibir anualmente a muchos jóvenes agradecidos por lo que el Colegio les brindó para cumplir sus expectativas proporcionándoles el marco adecuado para la enseñanza y la formación personal, acciones que determinan de alguna manera el futuro. Por las vivencias tenidas en sus estudios superiores a menudo se ofrecen para brindarlas, a través de charlas, a compañeros de colegio que seguirán sus pasos. Nadie mejor que ellos les ilustren de los cambios que existen en el traspaso de la educación media a la superior, trátese de universidades, institutos profesionales, centros de formación técnica, instituciones de las FF.AA., orden y seguridad y tantas otras alternativas a las cuales se pueden optar. Escuchando sus experiencias enfatizan el factor dependencia que es característico en la enseñanza media. El cambio es enorme. En la superior la autodisciplina y autodeterminación son imprescindibles. No existe el inspector que llama la atención ni otras situaciones a las que están acostumbrados los adolescentes. La participación del exalumno constituye un aporte, porque cuando se acerca el tiempo de la decisión los jóvenes se encuentran rodeados de impaciencias e interrogantes. La enseñanza superior es un mundo nuevo con desafíos, pero que a la vez, también brindará satisfacciones no experimentadas. En 'chileno', otra cosa es con guitarra. El rayado de la cancha es necesario e implica un gran compromiso consigo mismo para cumplir el compromiso de 'llegar a ser.'