El peligro de nuestra sociedad es olvidar que está compuesta por individuos, capaces de reflexionar, elegir y crear. El ser humano tiene una fuerza creadora insospechada y por muchas de nuestras ciudades nombres de calles y monumentos recuerdan a algunos que de una u otra forma cambiaron nuestras vidas.
Los emprendedores son ejemplo no tan solo de las características ya mencionadas, sino también, de perseverancia y sacrificio, pues al mismo tiempo nos recuerdan con su ejemplo que nada es fácil pero simultáneamente nos contagian con una simple pregunta '¿por qué yo no?'
Es la búsqueda de la felicidad y forjar el destino, no de protestar en contra de él sino vencerlo. Creer en las personas y en nuestra capacidades nos beneficia a todos, generaremos cambios sin odio ni resentimiento, es sentirse en libertad.
Francisco Sánchez