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Tupay, el grupo boliviano que alejó el frío

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l Otra de las sorpresas de la noche la dio el grupo boliviano Tupay, quienes tuvieron la difícil misión de cerrar el espectáculo, luego del éxito de Illapu y Bebeto Chupeta. Los músicos cochabambinos tuvieron un tímido comienzo, pero con el pasar de sus alegres temas folclóricos, conquistaron a los asistentes que se quedaron a pesar del frío escuchándolos. Los músicos, liderados por Edwin Castellanos, fueron acompañados además por tres bailarinas que danzaron los ritmos andinos. El conjunto folclórico cerró una noche redonda que culminó a las dos de la madrugada. J

revelación del humor

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Luego de un intermedio en el que el público seguía pidiendo que saliera Illapu, subió al escenario el humorista Humberto Espinoza, más conocido como Bebeto Chupeta, quien de inmediato se ganó al público con su rutina 'de sanación'.

Bebeto presentó sus elementos curativos, bailó temas de axé y luego bajó al escenario para saludar al público y elegir a dos mujeres para su pócima de sanación. Nicole y Débora, fueron las elegidas, a quienes integró a su rutina de improvisación y doble sentido.

'Chupeta para vocé' fue una de las frases más repetidas y aplaudidas por el público.

Junto con las jóvenes bailó ritmos brasileños y luego, de acuerdo a los aplausos del público, eligió a la ganadora.

Posteriormente subió al escenario a su 'hermana chupetera' la modelo Cata Larraín, quien realizó una sexy performance, donde se desprendió de sus ropas para quedar en un pequeño traje negro.

Bebeto bajó nuevamente, esta vez para elegir a tres representantes varones a quienes la modelo les entregaría un premio a quien le dijera el mejor piropo.

Los hombres subieron al escenario y comenzaron de inmediato las risas por las sinceras y originales palabras que dedicaron a la curvilínea modelo.

Luego se pusieron pelucas y bailaron al ritmo de 'Estoy saliendo con un chavón' y finalmente el público con sus aplausos eligió al ganador, quien tuvo la posibilidad de disfrutar del baile de la modelo, pero con los ojos vendados.

La actuación del humorista duró 45 minutos y el público aplaudió su rutina. Humberto Espinoza se despidió agradecido de la ciudad y felicitó a los ariqueños por las bondades de la región. J