Algunos dirigentes políticos sugieren formar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva constitución a la que debería invitarse a las 'fuerzas vivas' de la nación, las que son movimientos sociales formales o informales que se unen para reclamar derechos o reivindicaciones requiriendo de quien sea la solución de sus demandas. Con todo el respeto que se merecen, no parecen ser las personas más idóneas para elaborar y redactar una nueva Constitución. Surgen dudas como quién decidiría cuáles y cuántas son las 'fuerzas vivas' de la nación y cómo serían elegidas. Tampoco se sabe la importancia relativa que tendrían estos grupos informales versus las organizaciones formales con personalidad jurídica ¿Quién garantizaría que estos grupos se representen sólo a sí mismos y no sean voceros de algún partido político, el PC por ejemplo, maestro en el arte de armar organizaciones de fachada? Como el Congreso Nacional es el Poder Constituyente, por ese lado tendría que iniciarse la discusión de una nueva constitución, y de allí brotar de manera natural las sugerencias de quiénes, cuántos y cómo se formarían dicha asamblea, si se concluyera que es necesario formarla.
Mauricio Pilleux Dresdner