Las historias que arrastra la ola del Mundial de surf
El tour mundial de surf que partió ayer en la reconocida ola El Gringo no sólo atrajo a surfistas de todo el mundo, sino también a una gran cantidad de espectadores que llegaron para ser parte de la fiesta playera que durante una semana se desarrollará en el sector de la ex isla El Alacrán.
Una de las figuras más llamativas que se apostó en el escenario de competencia fue la californiana Brooke Sabin de 17 años. La belleza, proveniente de las tierras del Tío Sam, se deslumbró con cada ola que corrieron los riders en la jornada de ayer.
Con un español imperfecto trataba de explicar cada maniobra de los surfistas que buscaron domar El Gringo y su belleza dejó a más de un juez maravillado en el sector.
Pero Sabin es de aquellas estadounidenses agradecidas y su estadía en Arica no sólo obedece a ver una fecha del campeonato mundial de la especialidad, sino a una visita a quien hace una par de décadas fuera su nana en América del Norte.
'Por mucho tiempo tuve mi nana en Estados Unidos que era ariqueña y ahora la he venido a visitar a Arica. Durante mi paso por la ciudad aprovechamos de venir a ver el World Star Tour Arica Maui And Sons y también queremos ir a conocer Machu Pichu', explicó Brooke Sabin.
Agregó que 'en California las playas están llenas de tiburones, pero los surfistas no le temen e igual surfean en la costa donde yo resido. A mi me gusta el deporte, pero esta ola (El Gringo) me da mucho miedo, así que si tuviera la posibilidad de subirme en una tabla lo haría en un sector más prudente para mi condición de principiante'.
Sabin sabe que El Gringo es una de las olas más peligrosas del mundo, y también reconoce que es una fanática del fútbol; 'me gusta mucho como juega Chile, tienen jugadores muy buenos y para el Mundial de Brasil vi todos los partidos. También sufrí con la derrota ante los brasileños, pero más lloré cuando Alemania sacó a los Estados Unidos del Mundial', reconoció la futura siquiatra que por primera vez visitó las tierras de la persona que por décadas fue su nana.
Otro de los que aprovecharon la ola del Gringo fueron los vendedores de sushi. Fueron varios los carros que llegaron a ofrecer diversos productos para pasar el hambre mientras los riders desarrollaban sus maniobras al interior de la rompiente. Pero la publicidad más notoria era la de sushi.
Sin embargo, los carros de alimentos fueron los grandes ganadores de la jornada, ya que el público que llegó a ver el Mundial llenó las galerías y a punta de sushi, completos, empanadas, churros y dulces disfrutaron de la primera jornada del campeonato de surf.
Otros a los que el Gringo dejó maravillado fue al matrimonio boliviano compuesto por Sabino Mamani y Antonia Nina. Ambos llegaron desde Santa Cruz hasta la ciudad de la Eterna Primavera. Como Sabino es camionero tiene más que conocido el Océano Pacífico, ya que la ruta por la cual el país altiplánico exporta sus productos justamente parte en Arica.
Sin embargo su esposa de 44 años, Antonia Nina, no conocía ni siquiera en fotos el mar chileno y una vez que el camión dejó su carga en el puerto ariqueño le pidió a Mamani que la llevara a mirar el mar.
Fue en ese momento cuando decidieron ir al sector de Las Banderas y quedaron maravillados con las maniobras de los surfistas que llegaron de todo el país a disputar las primeras mangas del Maui and Sons Star Tour. J