La vida del arquero con Síndrome de Tourette
Se supo, hace poco, que esta estrella mundial está enferma. Tim Howard, rutilante portero de Estados Unidos, el hombre que en el Mundial de Brasil deslumbró en octavos de final ante Bélgica, padece desde niño del Síndrome de Tourette.
El Síndrome de Tourette es un incómodo trastorno neuropsiquiátrico. Se expresa por tics motores y, sustancialmente, por no tener control sobre lo que se dice. El enfermo, por tanto, sin control sobre su propio lenguaje, en ocasiones se introduce en un trance y lanza garabatos o palabras inconexas. Howard tiene esta enfermedad desde sexto básico. Y se ha transformado en una inspiración para todos los 'tourette' del planeta.
'Es nuestro héroe', señaló Annette Hewko, presidenta de la Asociación Nacional del Síndrome de Tourette de Estados Unidos. Ocurre que Howard ha difundido con mucha naturalidad que tiene esta enfermedad. Y ha señalado que se puede convivir sin problemas con esta anormalidad. Incluso, Howard ha sugerido que tener este trastorno lo ha hecho mejor arquero. 'Me he dado cuenta que tengo movimientos más rápidos que el resto', dijo a una revista alemana. Parece que es por el influjo de los tics. 'Esos reflejos se relacionan con mi desorden', aclaró.
Howard vive feliz. Es el titular del Everton de Inglaterra, se lució exitosamente en el Mundial, atajó de todo, con las piernas y con los reflejos de las manos, y hoy mantiene bajo control sus arranques 'tourette'. Dijo una vez: 'Si la cosa se pone seria en el arco, los tics desaparecen'.
Demostró que hay salida digna en el mundo del Síndrome de Tourette. Es la inspiración de muchos enfermos y por eso invita a sobreponerse, aunque, como dijo un especialista, 'controlar los tics no significa estar sano'. La enfermedad dura para siempre. Howard lo sabe. Y eso, quizás, lo hace más grande. J