Mujeres están aceptando la prostitución masculina
Hace unos días, en un programa del canal La Red, una mujer en sus cabales, de origen brasileño, cuerpo fabuloso, afirmó que recurre con frecuencia a escorts masculinos para satisfacer sus necesidades eróticas. Esa mujer se llama Clarisse Lima, tiene 26 años, ostenta un bronceado perpetuo y baila en eventos nocturnos. Su declaración impactó: 'Seis veces he tenido que recurrir a hombres pagados'.
Al día siguiente contestó el teléfono de La Estrella: 'Sí', dijo, 'me encantan los escort. Tienen buen cuerpo y son higiénicos. 'Pero usted es hermosa', dijimos. 'Sí, gracias', contestó, 'pero igual tengo una fuerte necesidad fisiológica. Y no quiero agarrar con tipos borrachos de la discoteque'.
Admite sus razones: el escort es anónimo, jamás volverá a llamar. Nunca dirá nada. Es buen mozo. Se depila. Se perfuma. Y garantiza al menos un orgasmo.
'Así es', opina Kevin, escort profesional (sexourbano.cl), 'mi objetivo es generar placer'. Cobra 40 mil pesos por una hora y quince minutos. A veces, reconoce, tiene el deber de amar a mujeres que rondan los 75 años. Mujeres casadas con hombres sexualmente en declive. Y debe fingir que son atractivas y su órgano debe ponerse rígido, como corresponde a un buen profesional. Pero, admite, el beneficio es amplio: gana casi dos millones al mes. Las mujeres están llamando, avisa. Atiende cerca de diez mujeres a la semana. Algunas son jóvenes, cuya fantasía es tener un sexo atrevido. 'Cada vez llaman más', anuncia Alejandro. Ellas quieren un sexo desbocado. Quieren cuerpos estilizados y buen trato. Dentro del pack comercial, los escort incluyen el romanticismo. Son gentiles y susurran piropos. El tabú de las mujeres optando por la prostitución masculina se comienza a diluir. Las mujeres igualan a los hombres: también quieren pagar por tener placer. J