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Los oficios de Jeannett yla historia de su casa propia

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Jeannett no se complica al momento de decir su edad (48 años) y se apura en contar que detesta ver teleseries. Tampoco pasa demasiado tiempo antes de que confiese que lleva una doble vida en su casa, ubicada en Comandante Robles con Juan Trabuco.

Allí, en uno de los muros laterales de la casa, Jeannett, acompañada de una carretilla, varios sacos de cemento y otras herramientas, pacientemente estuca su casa.

'La casa la construí yo', dice con orgullo. 'Los pilares, las cadenas, puse las cerámicas, los ladrillos y las bloquetas, aparte de las ventanas y todo. La casa entera', cuenta esa jovial albañil de risa fácil y quien además es dueña de casa, chofer profesional, peluquera canina, madre y esposa.

La historia de Jeannett partió hace dos años, cuando decidió que pagar por un maestro albañil era caro.

'Y hay muchos maestros que son malos y siempre quieren pasarse de listos. Yo empecé a curiosear, a preguntarle a mi sobrino Rony, que es albañil y de a poco fui aprendiendo', cuenta.

Jeannett explica que ella admira a los maestros de la construcción que hacen su trabajo como corresponde.

'Hay personas que ven a un albañil y piensan que no le dio para más que trabajar en la construcción. Pero es un trabajo muy sacrificado. Yo admiro mucho a los maestros que hacen las cosas bien. Porque esos que son medio maestros chasquilla, que arreglan todo a medias, no me gustan mucho', explica.

Con orgullo, muestra su casa. Las paredes que ha terminado lucen radiantes.

'Como es mi casa, no puede quedar ni una bloqueta chueca o ladrillo corrido. Me gusta todo bien derechito y poder decir con orgullo que yo la construí. Al final, la mejor parte, es ver el trabajo terminado'. comenta.

Claro que no fue un trabajo que realizó sola. Su esposo, Abel, se encargó de la instalación eléctrica y su hijo Yerko, de la soldadura. 'Somos una excelente equipo de trabajo', dice riendo.

Jeannett sabe que ver a una mujer construyendo el frontis de una casa llama la atención. Por eso, no se extraña cuando vecinos y transeúntes se acercan a felicitarla o hacerle preguntas.

'Me acuerdo que una vez me gritaron 'Esa sí que es pega' desde una camioneta. Ahí me fijé que iban puros hombres. Al principio me dio vergüenza, pero también me sentí orgullosa de lo que estaba haciendo', señala.

Explica que, luego de varios meses trabajando en el frontis de su casa, más de algún comentario ha recibido. 'Las vecinas me felicitaban y algunos hombres me han preguntado por algunos detalles, o piden un consejo para que las cosas les salgan más detalladas. Las mujeres somos mucho más meticulosas, así que me preocupo mucho de que quede bien', señala.

Entre los consejos, explica que uno de los temas más importantes es la proporción de los ingredientes de las mezclas que aprendió a hacer de la mano de su sobrino.

'Me gusta trabajar con las medidas como corresponde, al 2x1. Algunos maestros trabajan con más arena que cemento. Así queda mal. Las paredes me resistieron bien el terremoto, son firmes', asegura.

Afirma que, dada la prolijidad relacionada al género femenino, es por eso que las mujeres son quienes vigilan a los maestros, sepan o no del trabajo de albañil.

'Lo que pasa es que la mujer está encima, viendo y preguntando por qué hacen las cosas así. Los hombres terminan riéndose con los maestros, que una cervecita, que el partido, que una y otra cosa. Se distraen. Por eso hay que estar atenta', advirtió.

Pese al perfeccionamiento de sus habilidades, aún no realiza trabajos para personas ajenas a su familia.

'Aunque a mis 48 años me di cuenta de que las mujeres podemos hacer lo que queramos, hacerlo todo. Yo me siento bien así, haciendo hartas cosas. Todas las mujeres podemos cocinar, mascar chicle y trabajar sin descuidarse de nada. Y somos más cuidadosas', comenta.

Claro que la albañilería no es la única actividad de Jeannett, quien comenta que se levanta a las siete de la mañana para hacer sus tareas.

'También vendemos empanadas y picarones. En la mañana trabajo construyendo la casa, y en la tarde paso a ser la Jeannett dueña de casa, que cocina y hace empanadas y picarones para venderle a los vecinos. Claro que mi familia me ayuda, porque yo ando corriendo todo el día. A veces mi marido lava o se encarga de las cosas de la casa', cuenta Jeannett.

Además de ser una apasionada de la cocina y dedicada albañil, Jeannett también es chofer profesional.

'Trabajé tres años en la línea 1, fuí una de las primeras mujeres, cuando era raro que manejáramos colectivos. Al principio fue difícil, porque algunos me faltaban el respeto y me tiraban el auto encima. Pero yo me hice respetar. Cuando una mujer entra en un ambiente masculino, para que la tomen en serio tiene que ir a la par con los hombres', reflexiona.

Pero por si ser albañil, cocinera y taxista fuera poco, también cultiva una cuarta ocupación: Peluquera Canina, especialista en perros de la raza poodle.

Y de su trabajo en esta área, bien pueden dar cuenta Tonka, Candy, Fifi, Perla, Niño, Niña, Chapu y Shakira, sus mascotas.

'Lo último lo hice la semana pasada. A la Tonkita le hice una 'chaqueta y pantalón', que es un tipo de corte. En la casa nos encantan los perros, pero salía muy caro ir todos los meses a cortales el pelo a los 8 que tenemos. Así que decidí aprender a hacerlo yo', cuenta.

El ahorrar es una de las motivaciones que tiene Jeannett para aprender nuevos oficios. 'Como familia hemos podido invertir más en cosas necesarias para nosotros. Los maestros pueden cobrar 17, 18 o 20.000 pesos por metro lineal', explica.

Jeannett ya tiene pensado qué será lo próximo en su lista, pues ya siente que debe complementar su experiencia como maestra de la construcción.

'Lo próximo que quiero aprender es a soldar. Sé algunas cosas, pero quiero aprender más', señala.

También tiene planes para el futuro junto a su familia. Jeannett quiere comprar un terreno en el campo y construir, desde cero, una casa para su familia.

'Quiero ponerle un horno de barro, para hacer pasteles de choclo y pan amasado. Además, podríamos tener una especie de refugio para perros y más animales. Me gustaría tener un caballo y gallinas ponedoras', explica. Porque Jeannett, por si fuera poco, también es un poco animalista. J