Es 15 de julio y un imputado por tráfico, que era trasladado a la enfermería, amenaza a un teniente de Gendarmería alegando que 'me falta poco para cumplir la condena. Ahí arreglaremos'.

El mismo día, un reo por robo con intimidación insulta y amenaza de muerte a un cabo primero, argumentando que quería atención inmediata en la misma enfermería.

El 19 de ese mes, y tras ser separados dos internos que peleaban con palos de escobas, uno de ellos insulta a un subteniente con un 'cuando regrese nuevamente al patio, golpearé hasta matar al personal que me retiró de ahí'.

Finalmente, y tras ser sorprendido insultando a reos de otro módulo, un teniente primero intenta detener a un interno, quien lo agrede con un golpe en la zona cervical y varios en sus brazos.

Son cuatro hechos que sirvieron de antecedentes para que el director regional (s) de Gendarmería, teniente coronel Manuel Palacios, estampara tres querellas por amenazas y una por agresión.

'Tal como diariamente nuestro personal trabaja por la custodia, seguridad y reinserción de estas personas, como institución debemos también resguardar que nuestros funcionarios trabajen con tranquilidad y seguridad', explicó la autoridad. J