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Estos rebeldes sí que abrazan muchas causas

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Hollywood se ha encargado de alimentar fantasías sobre hombres rudos, barbones y bruscos recorriendo el país sobre monstruosas motocicletas. En algunas escenas, incluso agitan cadenas, amenazantes.

Pero los miembros de la agrupación de motoqueros independientes, si bien poseen imponentes vehículos y varios tienen predilección por el cuero y la mezclilla, ciertamente son más un aporte que una amenaza.

Marco Pérez es el presidente de la agrupación y rápidamente explica que tienen dos cosas muy claras: Que Arica tiene todo el potencial para convertirse en un destino soñado para los motoqueros y que cualquier persona que tenga una moto puede entrar al grupo, ya sea una Harley Davidson, una chopper modificada o una scooter.

'En el grupo hay de todo, profesionales, carabineros, doctores, dueñas de casa. Todos son bienvenidos, lo único que pedimos es que tengan una moto', comenta Marco.

Además de las motos, lo que une a este singular grupo, que alcanza a los 270 motoqueros, es el amor por la ciudad. Es por esto que uno de sus objetivos es llevar el mensaje de las bondades de Arica en cada una de sus rutas.

'Hemos tenido reuniones con el alcalde, porque queremos construir un albergue para los motoqueros que lleguen a la ciudad. La idea es que sea una parada obligada. Hasta ahora, nosotros recibimos a los viajeros en nuestras casas', contó Marco.

Hoy recuerda con cariño su primera motocicleta, una Honda que compró en 1980 y con un motor de 400cc.

'Esta es mi séptima moto. Es casi un auto, no sólo por el porte, sino también su estabilidad. Es muy cómoda', asegura.

Paulina Cartagena es otra de los miembros de la agrupación que reúne a diversos grupos de amantes de las motos.

'Llámense Ovejas Negras, Valkirias, Centinelas del Norte o cualquiera, lo que nosotros más cultivamos es el compañerismo y la solidaridad. Esa imagen de rudos ya no es tanto. Hacemos muchas obras sociales. A la gente le llama la atención', cuenta Paulina, a quién siempre le gustaron las motos y hoy luce orgullosa una chopper personalizada.

'Tenemos algunas compañeras que son asistentes sociales y nos informan de casos en los que podemos ayudar. Para el terremoto, por ejemplo, pudimos comprarles las máquinas a dos niñitos que las necesitaban. Además cooperamos con la Teletón y varias cosas más', cuenta Paulina.

Las rutas son otra buena oportunidad para demostrar el compañerismo de esta gran familia motoquera.

'Más o menos cada una hora paramos para descansar un poco. Así algunos se fuman un cigarro, tomamos agua o lo que haga falta. Además, estamos muy pendientes de que todos vayan bien', recalca. Una rueda pinchada o la falta de combustible puede ser todo un problema en medio del desierto.

La siguiente gran aventura de los motoqueros será una visita al país que hoy es sede del mundial de fútbol.

'Queremos contarle a todos los motoqueros sobre la ciudad. En Arica hay demasiados autos y es un lugar ideal para andar en moto', expresa Marco.

'En realidad es una actividad muy familiar. Ya se ha perdido el machismo que antes tenían los motoqueros, las mujeres también participamos', asegura Paulina.

En tanto, las chaquetas de cuero y mezclilla, las imponentes máquinas y la música que acompaña las escenas de motociclistas seguirán en Hollywood. Pero en Arica, las mismas chaquetas y motos se convierten día a día en emisarios de buenas noticias. J