El camarín que atemoriza a los vecinos de Gorbea
No soportan más. Los vecinos del pasaje Gorbea de la Industriales II están en pie de guerra con un recinto que si bien tenía buenas intenciones, hoy no es más que un foco de delincuencia.
El inicio de la historia parte hace seis años, cuando fue inaugurada la cancha de fútbol de la población, recinto enrejado que además contaba con juegos infantiles y con camarines. Todo fue alegría con la realización de un torneo comunal que reunió a los vecinos. Sin embargo, al mes de su apertura, la situación dio un giro drástico.
Un grupo de menores de edad decidió tomarse los camarines de la construcción para utilizarla con fines nada buenos. Luego de seis años, cada noche los pobladores tienen que soportar a individuos disfrutando del sexo, las drogas y el alcohol dentro de lo que antes fuera un recinto para cambiarse de ropa.
'Hemos cambiado las mallas como cuatro veces y siempre terminan destruidas. Desde un comienzo nos dijimos que esos camarines iban a ser un problema y así fue. Los chicos ahí hacen sus necesidades, lo ocupan de basurero, toman alcohol y tienen relaciones, todas las noches', relata Luis Zambrano.
El hombre que trabaja como contratista, agrega que más de una vez ha salido para atrás con la cabeza ensangrentado producto del enfrentamiento recurrente con los delincuentes.
'Nadie ha querido hacerse cargo de este drama. Vivir cerca de una cancha en estas poblaciones es un drama. A veces nos llamamos entre los vecinos y salimos a pararlos, somos como cuatro y el resto nos acompaña de atrás. Es que son muchos cabros'.
La única solución que buscan los vecinos es la demolición de los camarines para acabar con el foco delictual.
El drama se complica durante los fines de semana, cuando grupos de más de sesenta jóvenes realizan verdaderas fiestas en el lugar, donde el consumo de drogas es recurrente y la violencia contra los vecinos es pan de cada día.
Sin embargo, todo el recinto está en comodato a una agrupación del sector, la cual no se ha hecho cargo. Debido al comodato, no se puede demoler. J