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Brasileña mitad ariqueñasiente tristeza por la Copa

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D e Chile sólo había escuchado de los terremotos y el vino. Nunca se imaginó que este país largo y angosto iba a ser su segunda patria y que Arica, la puerta norte de Chile, sería la ciudad donde formaría una familia.

Fue el amor el que trajo a Elaine Machado a nuestra ciudad. Pero para llegar acá tuvo que pasar por distintas etapas.

Nació en la ciudad de Alto Paraíso de Goiás, es la cuarta de 5 hermanos. Su niñez transcurrió en el campo. Su padre criaba animales y aún recuerda aquella finca como una etapa muy linda de su vida.

A los 15 años tomó la radical decisión de independizarse y se fue a vivir a la ciudad de Brasilia, sola.

Le gustaba mirar las revistas de moda y ver las nuevas tendencias de peinados y maquillaje.

Su tía se dedicaba a la peluquería y Elaine siempre la observaba con mucha atención. Desde pequeña quiso dedicarse a la estética.

Terminó los estudios escolares, trabajó atendiendo una tienda de flores, pero sentía que algo le faltaba. Su tía la instó a aprender el arte de la peluquería, ya que en un principio deseaba dedicarse a la administración.

Tomada la decisión, entró a estudiar peluquería pero con la especialización de 'químico colorista', como se diferencia en Brasil a quienes sólo se dedican a esta rama de la peluquería.

Se tituló y siguió trabajando con su familiar. En 1994 se instaló con su propio salón de belleza en Brasilia. Estuvo casada durante 15 años y de ese matrimonio nació su hija Amanda.

Vivió 4 años en Río de Janeiro donde trabajó con el especialista en color Edison Freitas, quien le realizaba los cambios de look a la cantante Xuxa.

'Aprendí mucho con él sobre las técnicas de coloración, ya que esa es mi especialidad. Las brasileñas siempre están preocupadas de las nuevas tendencias del cabello. La diferencia con las chilenas es que acá las mujeres son más tradicionales y no se atreven demasiado a los cambios', asegura.

El año 2009, en octubre, su vida cambió. Luego de divorciarse no había tenido ninguna relación seria. Fue en un encuentro de Gastronomía en Brasilia cuando conoció al técnico electrónico Héctor Espíndola.

'Conversamos mucho aunque toda la gente nos preguntó que cómo nos habíamos entendido, ya que no hablo español', recuerda riendo.

Después del flechazo salieron algunos días y Héctor se fue a Florianópolis.

Intercambiaron correos y comenzaron un romance a través del messenger. 'Chateamos un año, pero él viajó a los 6 meses a verme. Luego seguimos chateando hasta que en marzo de 2010 me invitó a Chile', explica.

Elaine pisó suelo chileno con un aeropuerto de Santiago trastocado por el reciente terremoto que había afectado a gran parte del país.

Todavía recuerda como una anécdota que, debido al caos existente, se perdió en aquel recinto mientras que Héctor la esperaba con un peluche pensando que algo malo había sucedido.

'Salí por otra puerta y no lo vi. Lo busqué por harto rato y le tuve que pedir el celular a alguien para llamarlo. Ahí recién nos pudimos encontrar', asegura.

Estuvo 15 días en el país. Conoció a la familia de su pololo chileno, Santiago y Valparaíso.

Regresó a Brasil y continuaron su relación a través del chat. Fueron alrededor de 5 años de idas y vueltas, viajaba él y a veces ella, ya que no podía dejar a su hija que aún estaba en el colegio y su trabajo en el país de la samba.

Hasta que tuvo la grata noticia de que estaba embarazada. Tenían todo planeado para casarse en la playa. Una boda por el civil en Brasil y acá en Chile por la Iglesia, pero el destino les tenía planes distintos.

Su hija ingresó a la Universidad y tomaron la decisión de establecerse juntos.

Héctor la fue a buscar y la trajo a Arica. A su hijo lo nombraron Paulo Henrique y nació acá.

Cuenta que le gusta mucho esta ciudad porque tiene palmeras y el clima es cálido. Lo único que extraña de Brasil es la feijoada y las frutas como la pitanga.

Acá se dedica de igual forma a ejercer su profesión de colorista y ya se ha hecho conocida entre las ariqueñas por su talento y simpatía.La mayor parte de sus clientas la contactan por Facebook (LanaColorista).

Acerca del gran evento futbolístico del cual su país será sede, opina que le da mucha tristeza pensar que el Gobierno invirtió tanto dinero en estadios siendo que ella considera que se podía haber invertido en hospitales o educación.

'Todos saben que en Brasil existen diferencias sociales. Por lo mismo el sentir de la mayoría de los brasileños es de descontento. Mi país no estaba preparado para ser sede de una copa del mundo por lo mismo han ocurrido tantas protestas', enfatiza.

La hincha de Flamengo espera que a Chile le vaya bien en el mundial, ya que hoy en día tiene su corazón dividido. Sueña con que su hijo sea un gran futbolista. Claro que aún no se ponen de acuerdo por cual selección jugará si por la de Chile o Brasil.

En Arica trabaja para tener su propio negocio de atención de peluquería, peinado y maquillaje. Actualmente sigue enfocada en ejercer lo que le apasiona y por el momento piensa quedarse por un largo tiempo en la ciudad de la Eterna Primavera. J