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Llegan a su fin los Juegos Deportivos de la Juventud Trasandina con los grandes duelos en las competencias de básquetbol, judo y ciclismo. El público ha acompañado con sus aplausos.
Llegan a su fin los Juegos Deportivos de la Juventud Trasandina con los grandes duelos en las competencias de básquetbol, judo y ciclismo. El público ha acompañado con sus aplausos.
Nadie quedó indiferente ante el desfile por las calles que realizaron ayer los artistas del circo Fuentes Gasca arriba de grandes camiones . Literalmente tiraron toda la 'carne a la parrilla'.
Los niños del jardín infantil 'Ayrampito' causaron gran expectación con la banda de bronce que los acompañaba y sus trajes de tinku y caporal donde se robaron todas las miradas y también los flashes de los transeúntes de '21'.
Un antiguo eslogan proclamaba que la ciudad más aseada no es la que más se limpia, sino la que menos se ensucia.
En ello se demuestra no sólo la cultura de sus habitantes, sino que también se establece la diferencia entre población y comunidad.
Cualquier aglomeración permanente de personas da origen a una población, pero una comunidad surge donde los individuos incluidos en ese grupo humano se reconocen como pertenecientes a un conglomerado que comparte un espacio, con sus ventajas, dificultades, desafíos y oportunidades.
Ahí es donde se forja esa común unidad, que permite aunar esfuerzos en pos del bienestar general.
Arica conserva mucho de ese espíritu y sus habitantes están, en general, orgullosos de ello, pero hay aspectos en los que falta mejorar.
Precisamente el aseo es uno de ellos.
Lamentablemente son muchos los ariqueños que muestran una clara desidia por la limpieza afuera de sus casas, como si el espacio público no fuera también en parte de ellos.
Asimismo, abundan aquellos que consideran que la hora de sacar la basura de sus casas es cuando se llena la bolsa, dejándola así a merced de los perros callejeros y los 'recicladores'.
Como atenuante se debe mencionar que la recolección de la basura no ha cumplido siempre con los itinerarios establecidos, desalentando así a vecinos que se esforzaban por cumplir con los horarios informados.
Pero a la larga no es una justificación suficiente.
Ahora, el municipio ha optado por cursar multas a los incumplidores, en un esfuerzo por ordenar el sistema, para así garantizar la limpieza de los distintos barrios.
No es motivo de satisfacción que se tenga que llegar a estas medidas de fuerza para ello, pero en ocasiones no queda otro remedio.
Eso sí, la ley justa tiene que ser pareja y para ello, la municipalidad debería compensar de algún modo a los vecinos cuando sea el camión recolector el que no cumpla el horario.