Dice que nació entre los fierros de los vehículos. Que necesita sentir las tuercas y la grasa en las manos para sentirse viva. Así es la vida de la dueña y dependiente de la tienda de repuestos 'Zavala', ubicada en Lastarria N° 1090.

Hija de Ulises Zavala y Nelly Rojas, los primeros ariqueños que trajeron una micro a Arica (La Estrellita) a inicios de los años 50, hace tres años tiene su tienda propia, donde prosigue la tradición familiar.

Cuenta que toda su vida le ayudó a sus padres, que tenían la antigua tienda ubicada en Vicuña Mackenna al llegar a Maipú. Hasta que ellos fallecieron y sus hermanos decidieron vender el negocio.

Gracias a la ayuda de su hijo y esposo, logró levantar su propia tienda hace 3 años, con lo que dio un vuelco a su vida. Desde entonces, choferes particulares, micreros, camioneros, agricultores, uniformados y hasta jóvenes estudiantes aficionados a las tuercas, han pasado a ser parte de su clientela.

'Yo les digo a mi esposo e hijo que de aquí me van a tener que llevar directo al cementerio', dice entre andamios llenos de bujías, mangueras, relay, aguas de radiador, baterías y todo tipo de lubricantes, filtros, y piolas.

En su negocio, su filosofía es conservar siempre una línea de productos de más calidad, que sean menos desechables; pero también se preocupa de dar la alternativa más barata en repuestos, para los que quieren economizar.

Cuando habla de clientes, sin duda, los más difíciles son las mujeres, porque al mandarlas el marido, a quien a su vez lo manda el mecánico, son más desconfiadas al momento de ofrecérsele algo que no es igual a lo encargado, aunque se le explique que es un producto mejor. Además no creen que una mujer como ellas sepa tanto de motores o carburadores.

Respecto a los más 'llorones', cuenta que son los taxistas, ya que como viven un poco al día, siempre andan buscando la solución barata de más corto plazo y buscando rebajas.

Expresa que los mejores pagadores son los que reparan autos antiguos y los que enchulan sus vehículos. 'Para ellos su vehículo es una joyita, como un familiar querido, como para mí son los fierros y los repuestos', concluye Zavala. J