Camiones, tacos y más camiones
Ya no se puede convivir con los camiones que esperan ingresar al puerto.
Pese a los anuncios y a los compromisos, el problema continúa generando molestias y, por qué no decirlo, hasta riesgos de accidente.
Ya no se puede convivir con los camiones que esperan ingresar al puerto.
Pese a los anuncios y a los compromisos, el problema continúa generando molestias y, por qué no decirlo, hasta riesgos de accidente.
Si usted fue de los que no se perdió detalle de la final de la Champions League de ayer, habrá notado la bandera chilena que apareció cuando le entregaban la copa al Real Madrid. Zamorano y Pellegrini pasaron por ese club.
Los zonales master que se realizaron durante el fin de semana tuvieron una competencia fue feroz, no faltó el espíritu deportivo, pues los participantes se felicitaban constantemente.
Hoy todo Chile celebra al Patrimonio. Es su día y distintas alternativas están abiertas para que puedan recorrerse en plenitud y para que la ciudadanía logre gozar con la estética y refinación de tantos edificios y sitios públicos y privados. Se trata de una instancia para la riqueza espiritual, considerando que gran parte del patrimonio nacional ha desaparecido por la acción de terremotos, incendios o producto de la mano del hombre.
Nuestra geografía sufre cotidianamente los embates de la naturaleza de norte a sur y así han desaparecido iglesias, casas particulares, obras arquitectónicas e inmuebles de rico valor en su diseño. Otro enemigo de la historia, especialmente en esta ciudad, es la poca voluntad y el casi nulo compromiso de autoridades y vecinos para mantener aquel inmenso tesoro que muchas veces parece olvidado.
Sin embargo, este desapego a una parte tan relevante de la identidad local no sólo está relacionado con el evidente deterioro de ciertas construcciones emblemáticas, tal como ocurre con la Catedral San Marcos, el ex edificio del Ferrocarril Arica-La Paz o la ex Aduana, sino que también se vincula a un tema mucho más profundo y que poco a poco va carcomiendo una historia que, posiblemente, no será conocida por las futuras generaciones.
Hoy por hoy, el denominado casco histórico parece estar desapareciendo. Donde antiguamente se levantaban imponentes construcciones de época, hoy han ido apareciendo estacionamientos, o más bien, sitios eriazos que funcionan como tal.
No se trata de frenar el avance del tiempo o de oponerse a la modernidad, muy por el contrario. La idea está en planificar el desarrollo, asumir los compromisos y cuidar el legado que como sociedad le dejamos a nuestros hijos.
Instaurar un día para disfrutar del patrimonio es una buena medida, sin embargo, mientras el municipio u otros organismos públicos no emanen y hagan cumplir las disposiciones que apuntan a un real resguardo de los histórico, estaremos muy lejos de avanzar en esta materia.