Con 9.300 personas en el estadio Carlos Dittborn y con un preliminar femenino que entretuvo a los hinchas que llenaron con anticipación el mundialista, San Marcos de Arica subió a Primera A.

Con dos horas de antelación, la parcialidad del cuadro ariqueño ocupó las butacas del recinto deportivo y con gritos y cánticos esperaron que el plantel sensación del Clausura saliera a jugarse su opción de retornar al fútbol grande.

En la parcialidad celeste había un ambiente de celebración, sin embargo, también se percibía cierto grado de nerviosismo, ya que un resultado adverso frente a Lota Schwager podía convertir la fiesta en un aguacero.

A las 21 horas, ambos equipos salieron desde camarines rumbo a la cancha número uno. En ese momento, los hinchas ariqueños hicieron sentir que San Marcos era el local y con cánticos comenzaron a alentar a la Celeste.

Pero tras el pitazo inicial del juez Manuel Acosta, los dirigidos por Germán Corengia salieron con todo y buscaron llegar al arco defendido por Pedro Carrizo. Sin embargo, la férrea defensa ariqueña no dejó que José Huentelaf y compañía despertaran del sueño a los dirigidos por Marcoleta.

A los 29 minutos del primer tiempo, Renato González tomó un balón luego de que el juez decretara ley de la ventaja. El pequeño volante corrió con destino al arco sureño y disparó fuerte. El balón fue detenido por las manos del portero de la Octava Región, pero González no perdonó el rebote y clavó la pelota en el arco. Era el uno cero para San Marcos y el ascenso directo para los dirigidos de Luis Marcoleta.

Luego los celestes pudieron aumentar, pero estuvieron poco finos en el área.

En el complemento, el cuadro ariqueño confundió el rumbo y el juego estuvo en manos de la visita. Fue así como luego de un rápido ataque, el juez decretó un penal a favor de Lota y Jonathan Novoa cobró el gol.

San Marcos continuó errático y se generó pocas oportunidades. Marcoleta optó por mandar a la cancha a Sebastián Páez y a Daniel Mustafá en reemplazo de Daniel Briceño y Joel Estay.

A medida que avanzaban los minutos, los Bravos sentían más cerca el objetivo. En el minuto 93 el réferi solicitó el balón, levantó los brazos y sonó su silbato. San Marcos ya estaba en primera y los hinchas celebraban en el Dittborn. J