Camiones y tacos en el agro
Los trabajadores del terminal agropecuario alegan que los camiones que reparten mercadería no respetan los horarios de estacionamiento, generando atochamientos en el sector que molestan a todos.
Los trabajadores del terminal agropecuario alegan que los camiones que reparten mercadería no respetan los horarios de estacionamiento, generando atochamientos en el sector que molestan a todos.
En medio de la intervención de Teatro Invisible realizado ayer, se produjo una pelea entre una mujer y un hombre al que acusaba de haberla toqueteado. Y no era teatro.
Una larga discusión se produjo ayer en el Concejo Municipal, cuando algunos ediles manifestaron su oposición a que la reunión del 21 de Mayo feriado se trasladara al jueves 22 ¿Será que querían hacer sándwich?
La conmemoración de los 101 años del Ferrocarril Arica-La Paz se convirtió en un buen escenario para revitalizar la idea de remodelar la antigua estación y de esa forma rescatar una parte tan relevante del patrimonio histórico de la ciudad.
Durante la última década -y en diversas oportunidades- las autoridades han manifestado la intención de intervenir el inmueble ubicado en calle 21 de Mayo, sin embargo, el paso del tiempo sólo ha dado cuenta de promesas incumplidas.
Hoy por hoy, la añosa estación permanece abandonada a su suerte y convertida en otro ícono de los proyectos inconclusos que lamentablemente se albergan en los anuarios de Arica.
Tal como lo planteó en su discurso de aniversario el vicepresidente de la Asociación de Ferroviarios, Luis Aguirre, se trata de un tema que se ha dilatado más de la cuenta y que no puede seguir esperando, sobre todo cuando una de las naturales políticas de crecimiento de la región está directamente relacionada con el turismo.
Es casi incomprensible que mientras el discurso político apunta hacia la creación de un polo de desarrollo turístico que compita de igual a igual con otras zonas del país y con vecinas ciudades del extranjero, edificios de esta envergadura continúen estropeándose. Tal situación genera molestia en los ariqueños y llama profundamente la atención de los visitantes.
Desafortunadamente, no estamos frente a un hecho aislado, sino a un episodio que se repite con la ex aduana, con la catedral San Marcos y con el centro histórico en general; esto sin contar el claro deterioro del borde costero norte, de los parques y las plazas infantiles.
Como en muchas otras ocasiones, las autoridades se comprometieron a buscar la mejor solución y atender la demanda de la Asociación de Ferroviarios, la que claramente es compartida por la ciudadanía.
Los ariqueños esperan que los compromisos queden a firme, de modo que las buenas intenciones transciendan a los siempre emotivos discursos.