El menor murió tras beber el pesticida que estaba al interior de un envase de bebida.
Ni los esfuerzos de la propia familia en trasladarlo, ni los de los médicos en reanimarlo, impidieron que un niño de dos años recién cumplidos falleciera ayer, luego de ingerir el potente veneno llamado Lanatte, accidente (como todos) que fácilmente se hubiese evitado con la pizca de cuidado.
A las 9.40 de la mañana y mientras su padre realizaba labores agrarias en el kilómetro 21 de Azapa en compañía del menor, este último cogió una botella en el que se encontraba el pesticida, el que bebió y finalmente terminó por perforar su organismo, falleciendo en el trayecto al hospital regional, donde fue derivado desde el consultorio de San Miguel.
Pero luego de que Carabineros del Retén Azapa tomara conocimiento del caso, la fiscal de turno ordenó que la Brigada de Homicidios de la PDI (BH) fuera más allá, comprobando que el veneno había sido disuelto en un envase de bebida, lo que sumado a que la pareja del agricultor le aconsejó ponerle tapa al recipiente obligaron a que la policía detuviera al hombre de 26 años preliminarmente por el cuasidelito de homicidios y luego por homicidio por omisión, por lo que será formalizado hoy.
"Se trata de un doble descuido del padre de la víctima fatal, por lo que tras estos casos, como unidad, hacemos un llamado a ser más precavidos al uso de estos plaguicidas, sobre todo en zonas rurales y donde exista presencia de menores", explicó desde la BH, el subcomisario Julio Orellana Arce. J