Un sitio baldío ha sido utilizado como basurero, por lo cual han proliferado ratas y baratas.
Los vecinos del pasaje Río Lluta, a un costado de calle Codpa, no saben qué hacer con las plagas que han azotado su sector, luego que un verdadero vertedero se apoderara de un espacio donde hace un par de años había una vivienda.
Y es que los ratones y las baratas, además de los malos olores, son el pan de cada día en las casas aledañas a un lugar del cual es dueña una persona con problemas psicológicos que se mantiene recogiendo basura de los pobladores y la reúne en lo que antes era su hogar.
"Hace unos años ahí hubo un incendio y casi nos quema la casa. Estamos cansados del problema que además atrae a los fumones por las noches", comenta doña Norma, quien vive justamente al lado del micro basurero.
El conflicto ha durado años y si bien en algunas oportunidades trabajadores municipales han limpiado el lugar, nuevamente la propietaria llena de basura el recinto, donde ademas duerme cada noche.
"Ahora han dejado de recoger. La otra vez, el dueño del almacén de al lado le pagó a un flete para que sacara la basura, pero eso no lo puede costear todo el tiempo", relata Mario Rojas.
Otro de los problema del calmo vecindario es la proliferación de "mala gente", los cuales utilizan el espacio abandonado como refugio para las malas prácticas como la drogadicción.
"Había antes un muro ahí que marcaba la muralla de la casa que daba a la calle, pero lo sacaron porque se prestaba para que los 'malandras' se escondieran. Después que murió el 'Pelé' (un vecino), no se limpió más, porque él recogía por las suyas la suciedad", indicó la señora Marisela Donoso. J