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Comunidades indígenas buscan el desarrollo de la precordillera

Formaron una corporación que busca el progreso desde su propia gestión y conocimiento ancestral.

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Perseverantes y visionarios han demostrado ser las y los integrantes de la Corporación de Derechos Ancestrales de Comunidades Originarias e Indígenas de Arica y Parinacota (Cordacoi A&P).

Esta organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro recién constituida, tiene una visión de desarrollo comunitario y participativo que gestiona el porvenir de las comunidades de la precordillera desde las bases. Entre sus propuestas está la de crear una universidad en la precordillera con la temática intercultural, un centro de medicina ancestral y la creación de rutas turísticas guiadas por la propia comunidad.

Son cerca de mil personas que son parte de las 14 comunidades indígenas, las cuales se organizaron como tal hace siete años, a partir del programa Orígenes, en donde se conformó una mesa de planificación que tuvo como resultado un completo diagnóstico de las problemáticas de las comunidades.

Una vez terminado el programa, las comunidades quedaron con gusto a poco y se reunieron en la asociación indígena Chacha, Warmi, Imillas y Yuqallas de Precordillera Marka. Sin embargo, para ir más allá con sus proyectos decidieron conformar una ONG y al fin lo lograron.

Doris Aguilera Santos, presidenta de Cordacoi manifestó que decidieron poner en valor las rutas ancestrales que realizaban sus antepasados.

"Primero identificamos el territorio, se recorrió todo con los profesionales y luego salimos nosotros en la caminata. Hay representantes de todas las comunidades y todas las generaciones. El recorrido es desde Socoroma a Zapahuira, luego hasta Chusmiza, Lacocosapilla, Copaquilla, Chapiquiña, Pachama, Belén y luego Lupica, Saxamar y Ticnamar. La gente comienza a valorar el territorio como un eje de desarrollo importante", explicó Doris.

Esta corporación motiva a que la propia comunidad sea parte de su futuro y no sea un actor pasivo que espera que el estado o fundaciones haga proyectos para ellos.

"Acá se han hecho las cosas al revés, no existe participación ciudadana cuando se quiere implementar una política y los pueblos terminan sintiendo un desencanto con el estado. Hace falta más difusión de los derechos ciudadanos, por ejemplo del convenio 169. Falta un instrumento poderoso para fortalecer la participación", comentó la dirigenta de la ONG.

La visión de Cordacoi es la puesta en valor de la cosmovisión andina de los pueblos originarios que componen su orgánica a través del equipamiento de infraestructura en la precordillera.

"Nosotros nos preguntamos por qué las mujeres deben bajar a la ciudad a tener a sus hijos, cuando tienen toda la sabiduría que les ha dado naturaleza. Se somete a una tortura sicológica al decir que todo la va a contaminar, ¿por qué no tener en la precordillera un centro de medicina intercultural con todo lo necesario para que las mujeres no tengan que bajar al hospital?", manifestó con fervor Doris.

La misma inquietud va orientada hacia el conocimiento, ya que sienten que hace falta una universidad con temática intercultural con miras internacionales que pueda involucrar a Chile, Perú y Bolivia, países donde está establecido el pueblo aymaras.

"Las carreras que se impartan deberían ser con pertinencia cultural. Tenemos una riqueza cultural maravillosa, tenemos una historia... todo el mundo científico va y lo vende, nuestra misma gente postula a proyectos que sacan el saber de los abuelos y después no lo devuelven para que la comunidad se retroalimente", criticó la dirigente.

Otra de las ideas que tiene en mente materializar a futuro esta ONG es crear un centro de interpretación en Zapahuira, consensuado con la comunidad.

"Actualmente pasan turistas y se apunan. La estrategia es que los visitantes lleguen, vean lo que hay en el territorio, estén unos días en la localidad con guías locales, que seríamos nosotros mismos y nuestros hijos, se aclimaten y sigan su camino. Este centro sería provechoso para las 14 comunidades", indicó Doris.

Esta nueva y potente figura de los pueblos además de fomentar el desarrollo de la precordillera quiere ser un ente fiscalizador para asegurar la participación ciudadana en cada proyecto que se haga en su territorio. J