Cuando el diablo andaba suelto
La Semana Santa ya no se rememora como antes y ahora hasta las radios tocan cualquier música. Antiguamente se decía que en estas fechas "el diablo andaba suelto" y que todos debían cuidarse.
La Semana Santa ya no se rememora como antes y ahora hasta las radios tocan cualquier música. Antiguamente se decía que en estas fechas "el diablo andaba suelto" y que todos debían cuidarse.
Una vez terminada la fiebre por comprar pescados y ceviches, ahora la atención comercial va por el lado de los huevitos de Pascua que hace rato se pueden ver en los negocios.
Las últimas semanas han golpeado con especial dureza el alma y entereza de los chilenos. El terremoto y posterior tsunami en el nortey la tragedia en Valparaíso ponen una vez más a prueba la capacidad de reacción de todo un país.
Las diferentes cruzadas solidarias tienen nombre y apellido de varias instituciones, pero también hay una serie de rostros anónimos que pasan desapercibidos ante la desesperación de la gente, pero que juegan un rol fundamental en aplacar este dolor.
Entre estos silenciosos héroes destacan los voluntarios de Bomberos, hombres y mujeres de una raza especial que no dudan en arriesgar sus vidas para ayudar a los demás, muchas veces sin ni siquiera recibir la palabra "gracias" como retribución.
El Cuerpo de Bomberos de Chile es una institución única. Sus integrantes no reciben sueldos y a ellos sólo los motiva aquella fuerza de contribuir al bienestar del prójimo, sin jamás descuidar su alto grado de especialización.
Sin embargo, la magnitud del siniestro ocurrido en la Quinta Región ha hecho aflorar un incipiente debate sobre la necesidad de contar con un cuerpo de bomberos profesionales y remunerados.
Sobre el tema hay argumentos a favor y en contra, pero no se deben perder de vista dos elementos de primera importancia:
Primero, que voluntario no es sinónimo de aficionado y, segundo, que esta discusión no puede ni debe llevar a descuidar el apoyo a nuestros actuales bomberos, más bien este debe incrementarse.
En momentos de crisis como el actual, uno de los principales problemas que quedan en la retina ciudadana es la evidente carencia de recursos y equipamiento, muchas veces disfrazada con las clásicas rifas y donaciones, y que en algunos casos roza la mendicidad.
Pese a ello, estos voluntarios no claudican en su infatigable misión, es más, redoblan su compromiso con la comunidad y así los demuestran en las emergencias ocurridas en Arica, Iquique y Valparaíso.
El valor y heroísmo demostrado en estos casos sólo dan cuenta de la infinita generosidad de quienes integran esta organización.
Y es que los bomberos son un orgullo para Chile.
Uno de los más singulares habitantes del Campus Velásquez de la Universidad de Tarapacá es un gallo. Según comentan en el recinto, cada vez que el plumífero canta, a los pocos minutos tiembla...así que varios están atentos al ave.