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La ganas de superarse convirtieron a Janet en una mamá mechona titulada

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Con una energía positiva característica de su persona, Janet desde su emprendimiento familiar, la peluquería "Las Pitucas", muestra con orgullo y humildad el título de ingeniera en administración mención gestión jurídica, el cual obtuvo con distinción. "Nada es imposible en la vida", comentó con una sonrisa en los labios la mamá mechona titulada, con dos trabajos y muchos sueños e ideas en mente.

Janet Espinoza, quien se tituló hace pocos días, dijo que siempre se ha propuesto metas en su vida y en 2005 decidió estudiar de noche en la Universidad del Mar, mientras que de día se dedicaba a trabajar y a realizar las labores del hogar viendo a sus hijos.

"Me demoré en sacar el título por el trabajo y por que mis niños estaban chiquititos en ese tiempo, pero el año pasado me propuse terminar esta etapa y hace un par de días me titulé de mi carrera".

Para obtener este logro personal, debió pasar por días y noches agotadoras, pero con el apoyo incondicional de su familia y su espíritu de emprendimiento logró conseguirlo.

"Trabajaba desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, después venía a la casa, veía a los niños sus tareas del colegio, las cosas de la universidad, asistía a clases, después llegaba a estudiar, después al otro día a trabajar a las ocho de la mañana, entonces igual era pesado, no paraba en todo el día", recordó sobre aquella época inicial, cuando su hija mayor estaba en el liceo y el menor en la enseñanza básica. El apoyo de su marido fue crucial, porque él se quedaba con los niños.

Janet se preocupó de pagar sus estudios con su propio trabajo, para no deberle ningún peso al Estado. Como sus hijos aún estaban en el colegio, se preocupó de ser muy precavida en la planificación.

"Me preocupé de planificar que si yo entraba en 2005, tenía que terminar antes de que los niños entraran a la universidad, y que cuando saliera mi hija mayor, empezaría el menor".

Cuando ingresó a la Universidad, Janet convalidó algunos ramos, ya que ella había estudiado técnico en asistente jurídico años atrás en el Instituto Conandes para poder sacar la ingeniería. La mamá titulada contó que en sus años en la universidad le tocó ir a la biblioteca a hacer trabajos, juntarse con sus compañeros de curso, de los cuales varios trabajaban, por lo que se organizaban rigurosamente con los tiempos libres. "Queríamos sacarnos buenas notas, lo que se hacía pesado. Éramos pocas las mamás mechonas en el curso, fue todo un cuento retomar los cuadernos y estudiar, pero yo igual lo hacía con entusiasmo".

Su motivación para conseguir titularse fue siempre salir adelante y darle un mejor futuro a sus hijos, concentrada en la premisa de que nada es imposible.

"Yo no entiendo a las mujeres que dicen yo no puedo, por ejemplo, cuando hay madres que dicen que no pueden criar a sus hijos porque son solas. No lo contemplo, porque las mujeres somos fuertes, incluso creo que más que los hombres. No es por desmerecerlos, pero creo que nosotras somos más luchadoras", afirmó con entusiasmo y los ojos radiantes de emoción.

Su espíritu de lucha y superación se traduce en todas sus obras. Janet tiene dos empleos. Además de trabajar en el servicio público, tiene su peluquería, donde junto con cortar el pelo, hace masajes y depila. "Siempre estoy haciendo cursos y perfeccionándome en esto. Todos ayudan aquí, por eso la considero una empresa familiar. Además, esto de la estética me relaja, me gusta hacerlo. Sabía que con los niños en la universidad y yo terminando, con un trabajo no me iba a dar abasto. La mensualidad de la universidad es cara y no me iba a alcanzar, porque a la clase media nunca le dan becas o créditos".

Pero sus metas no terminan aquí. Al preguntarle si le gustaría seguir estudiando, Janet respondió con un rotundo sí, incluso comentó que los profesores le decían que podía seguir con la carrera de derecho. "Yo me siento capaz, sé que puedo hacerlo", manifestó.

"Yo creo que nada es imposible, se lo digo a mis hijos y a quien me va a escuchar, que nada es imposible en esta vida y querer es poder. Nadie es tonto, a menos que se tenga un problema grave. Ni eso, porque tengo amigas que tienen problemas físicos y estudiaron, son profesionales y están bien. Entonces no hay barreras que no permitan estudiar. Yo creo que el estudio es importante para todas las personas, se abren puertas, abre la mente, uno ve diferente las cosas, no es que no las vea, pero de repente conoce otras opciones para mejorar la calidad de vida. El estudio es súper importante", opinó con voz suave, pero llena de energía.

La felicidad de Janet es grande porque siente que cumplió una meta que se propuso hace tiempo. "No es que me sienta mejor persona, yo soy así y lo seré siempre, aquí y en la quebrá del ají, quiero mucho a la gente que me rodea, que me ha apoyado, a mis hijos que, independientemente de los estudios, a veces yo llegaba a la casa pensando ya no quiero más, pero los miraba y me daban la fuerza para salir adelante. Ahora a ellos igual les digo que tienen que salir adelante con sus estudios, pienso que soy un ejemplo. No es que me crea diva ni súper estrella, pero logré terminar la etapa y quiero empezar otra y después otra. El salón de belleza me relaja mucho y ahora tengo la meta de ser la mejor estilista y cosmetóloga de Chile, conocer y hacer cursos nuevos".

Con Janet queda claro que se puede pensar en grande y si uno desea con pasión conseguir una meta, con esfuerzo se puede conseguir. J