Me dirijo a usted ya que el 14 de octubre pasado, trabajando para el poder de compra de Pampa Camarones, me accidenté con el portalón del camión que conducía, apretándome la mano con el portalón, causándome dolor y sangramiento.

A pesar de que le avisé al jefe de planta (Paulo Méndez), éste se negó a denunciarlo a la ACHS, ya que le "podría costar el trabajo".

Seguí trabajando y como el dolor era eterno, decidí ir a una clínica particular (4 de noviembre), donde me informaron que mi herida era una fractura expuesta, por lo que le avisé a este jefe que fue incapaz de asistir mi dolencias, entregando aviso para que me sacaran hora a un particular, aunque no a la ACHS, lo que nuevamente encontré extraño y que más encima me perjudicó al punto en que por mi incapacidad me cesaron de mis funciones, quedando cesante y sin poder cobrar mis licencias, ya que mi accidente no está registrado en las bitácoras.

Se abrió una investigación en la Insp. del Trabajo, Sernageomín y Seremi de Salud, y hoy me doy cuenta de que la persona a cargo en la inspección del trabajo cerró, porque el señor Méndez mostró un supuesto documento en que yo no quise asistencia médica. Esto está en conocimiento del prevencionista de riesgo, el fiscal de la Enami y el gerente general de la empresa.

Víctor Moreno Sepúlveda

Hace unos días, paseando por mi ciudad, pude observar los innumerables "negocios caseros" que han ido poco a poco invadiendo nuestras poblaciones. Me refiero a las automotoras, spa de autos, vulcanizaciones y en general todo tipo de negocio que sobrepasa los límites del "vivir bien" en comunidad.

Vivo al lado de un par de talleres que, más que aportar con servicios, aportan con opacar lo poco y nada que nos queda de áreas verdes y espacios familiares. He realizado mil denuncias y también he solicitado fiscalización, porque déjeme decirle que "patudamente" funcionan sin permisos y patentes acorde al servicio que venden. Mi vecino tiene permiso para vender y comprar neumáticos, sin embargo hace de vulcanización porque tiene claro cómo funcionan las autoridades.

Ha sido decepcionante saber que a nuestras autoridades no les importa cómo vive usted, y cuando digo autoridades me refiero al municipio, al SSA, Carabineros y a todo ente regulador. Aquí cada uno puede instalarse con el negocio que quiera y donde quiera, total... no cuesta nada hacer oídos sordos. No estoy diciendo que estos negocios no deberían existir, sino que deberían asignarles un lugar y espacio apropiado y no al lado del vecino que tiene 80 años o de una mamá con su recién nacido, por ejemplo.

Por eso estamos como estamos, porque a nuestra ciudad la han convertido en un supermercado de corrupción.

Scarlett Astudillo R.