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¿Quién dijo que los ariqueños no estaban preparados para una emergencia?

Kits de seguridad, plan familiar y mochilas de supervivencias forman parte de los preparativos.

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Un famoso refrán dice que Juan Segura vivió muchos años. Otros dichos populares aseguran que más vale prevenir que lamentar y que el que guarda siempre tiene.

Estas sabias palabras se quedaron grabadas para siempre en la mente de la familia Hernández-Michaud (en la foto), quienes ante un caso de emergencia están "siempre listos", al igual que los scouts.

"Chile es un país sísmico, por lo mismo, hay que estar preparado para cualquier emergencia. Nosotros como familia tenemos un plan de evacuación. Nuestro lugar de encuentro será el Estadio Morro (ubicado en Azolas). Ahí esperaremos a nuestra hija (estudiante del Liceo Domingo Santa María), que también se dirigirá hacia allá con su curso", explica Jorge Hernández.

La familia, residente de la población Juan Noé, tiene delimitadas hasta las calles por donde caminarán en caso "D". "Nos iremos por avenida Brasil, Gonzalo Cerda y luego Azolas", resume el dueño de casa.

Además del plan familiar de encuentro, los Hernández -Michaud no se andan con chicas y tienen todo un arsenal de emergencia que consiste en botellas con agua, una linterna-radio, velas, fósforos, documentos de identificación y alimentos no perecibles. En el botiquín guardan ibuprofeno, paracetamol, parches curita y hasta un aparato para medir la presión.

También tienen algunos abrigos y dinero en efectivo por si acaso.

La familia vive en un cuarto piso y sabe que no es fácil mantener la calma.

"Lo más importante es no bajar la escalera mientras sigue el movimiento. Esa es la mayor causa de accidentes. Hay que verificar que la luz y el gas estén cortados y de ahí dirigirse a un lugar seguro", recomienda Hernández.

Tan "prepper" está el matrimonio conformado por Adriana y Jorge que tienen 3 celulares de las principales compañías para ver cuál les funciona cuando las líneas estén colapsadas.

Saben que los mensajes de texto son lo más recomendable para comunicarse y que la radio para escuchar lo que ordenan las autoridades es fundamental.

Confían en que no pase nada, pero ante la duda, ellos están preparados para asumir una emergencia y sobrellevarla unidos como familia. Al igual que la famosa serie de Nat Geo, los "preppers" ariqueños no quieren que una emergencia los pille desprevenidos.

El caso de la familia Castillo-Arévalo es similar al anterior. Tienen 10 botellas de agua con su fecha respectiva y cuando ven que han pasado más de 2 meses las recambian.

Lo que más recomiendan es tener siempre a mano una linterna, las llaves, zapatos cómodos a los pies de la cama, ropa liviana para evacuar, sacos de dormir y un par de abrigos.

"Durante un sismo lo primero que hacemos es abrir las puertas, porque con el movimiento se descuadran y uno puede quedar encerrado. Esa es la instrucción más importante: abrir de inmediato las puertas. Después esperamos que pase y nos acercamos al marco", explica Vilma Arévalo.

La madre de dos hijos cuenta que antes le tenía terror a los temblores, pero que cuando nacieron sus retoños tuvo que hacerse la fuerte y se vio obligada a "tragarse el miedo" y empezar a idear lo que hoy es su plan de evacuación.

"Mi principal consejo es tener un plan familiar, un lugar de reunión y estar tranquilos", comenta Vilma, quien además pertenece a un grupo scout y da charlas de prevención de sismos en la junta vecinal de la Población Juan Noé.

Sobre los noticieros y los diversos anuncios de "megaterremotos" que hacen a diario algunos programas de televisión como los matinales, agrega que "es cansador y agotador ver y escuchar todos los días que en el norte habrá una catástrofe de grandes proporciones. Mi esposo tiene 60 años y viene escuchando eso desde que tiene 8. Uno como ariqueño ya sabe que hay que estar preparado, pero nunca es bueno alarmar a la gente", enfatiza.

Javiera (25), estudiante de Cocina, vive en Tierras Blancas; sector inundable.

"Vivimos bajo la cota 30, por eso tenemos nuestro propio plan de evacuación. Mi abuela vive un poco más arriba, cerca de la línea del tren. Con mi familia tenemos bolsos cerca de la puerta con lo más básico: unos chalecos, velas, etcétera", dice.

Para ella el aviso para evacuar es cuando se cae un vaso: "ahí vemos que se puso seria la cosa y nos vamos donde vive mi abuela. Sabemos que ante un aviso de tsunami tendremos unos 15 minutos para huir. En estos casos y por experiencia propia no conviene utilizar vehículos, porque la gente anda como loca en las calles, ya lo vivimos en el 2005", asegura la estudiante.

Con respecto a los más histéricos, Javiera aconseja que a este tipo de personas hay que saber tratarlas y que si es mucha la alteración "uno debe tomarlas de la mano y guiarlas por el camino hasta que recuperen la calma".

Afirma que a ella en forma personal no le causan temor los temblores, ya que como ariqueña ha vivido toda su vida con eso. "Lo único que si me da miedo es que se me caiga la casa encima antes de salir", advierte. También recuerda una anécdota del fuerte temblor que hubo el 2005. "Estaba en la pieza y se empezó a mover todo, nosotros nos ponemos bajo los dinteles de la puerta y en mi casa hay unos pasillos largos. Teníamos una nana que era de Puno y ella nunca había sentido un temblor parece, la cosa es que se puso mal y no sabía qué hacer, corrió y a los segundos después se cayó el refrigerador donde había estado parada. Gracias a Dios no pasó nada, podría haber sido algo mucho peor", recuerda.

Pero su familia no es la única del sector que tiene un plan familiar, la estudiante añade que son muchos los vecinos que hacen lo mismo.

"Como ariqueños uno aprende desde el colegio que debe estar preparado. No hay que ser alarmista, pero sí hay que tomar las precauciones necesarias como familia", finalizó. J